Mucho me emociona un detalle en la coronación, en Blaquerna, de Juan Cantacuzeno y de Irene hija de Andrónico Asán. Como no poseían sino unas pocas piedras preciosas (grande era la pobreza de nuestro maltrecho estado) se ataviaron con gemas artificiales. Una cantidad de trozos de vidrio, granates, verdes o azulados. Nada de humillante o indigno tienen en mi opinión esos trocitos de vidrio coloreado. Parecen por el contrario una triste protesta contra el injusto infortunio de los coronados. Son los símbolos de aquello que debieron tener en su coronación un Kyr Juan Cantacuzeno, y una Kyría Irene hija de Andrónico Asán.