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El Varo a mí, mío, a sus amores

[Poema - Texto completo.]

Catulo

El Varo a mí, mío, a sus amores,
al verme ocioso, me llevó, desde el Foro:
una ramerilla, como a mí entonces de repente me pareció,
no en verdad desagradable ni desagraciada.
Allí cuando llegamos, recayeron a nosotros
discursos varios entre los cuales qué fuera
ya Bitinia, en qué medida se tenía,
y si en algo a mí me benefició de bronce.
Respondí lo que era, que nada ni para nos mismo
ni para los pretores había, ni la cohorte,
por que alguien la cabeza más ungida trajera,
especialmente los que tuvieran un mamado
de pretor y al que no le importara un bledo la cohorte.
“Mas, de cierto que, aun así”, dicen, “lo que allí
natural se dice que es, te agenciaste,
para la litera unos hombres.” Yo, para ante la chica
uno hacerme más afortunado,
“No”, digo, “a mí tan malamente me fue
que, una provincia porque mala me cayera,
no pudiera ocho hombres aparejarme rectos.”
Mas yo ninguno tenía ni aquí ni allí
que un roto pie de mi viejo diván
en el cuello colocarse pudiera.
Aquí ella, como digno era del más sodomita:
“Te lo suplico”, dice, “a mí, mi Catulo, un poco
éstos me presta, pues quiero a Serapis
hacerme llevar.” “Espera”, dije a la chica,
“esto que ora había dicho que yo tenía,
me huyó a mí la razón, mi amigo
Cina es, Gayo: él se los aparejó.
En verdad, si de él o míos, ¿qué a mí?
Los uso tan bien como si a mí yo me los aparejara.
Pero tú, insulsa, mal y molesta vives,
por la cual no se puede ser distraído.”



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