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“Laissez faire” – Cartas Bizantinas


Luis López Nieves

El príncipe Constantino, embajador de Bizancio en el Caribe, le escribe a la princesa Eudocia, su hermana menor, quien reside en la capital bizantina.

Querida Eudocia:

En el Imperio del Norte hay dos partidos políticos dominantes: el Republicano y el Demócrata. Para aquellos que no conocen los vaivenes de la política norteamericana, es difícil entender qué separa a estos partidos que tanto se parecen. Contrario al caso de Europa y de América Latina, donde hay partidos de izquierda y de derecha, es notable que en el Imperio del Norte ninguno de los partidos es de izquierda. Sin embargo, hay diferencias. Una de las más importantes es el peso que le otorgan al “laissez faire”.

Este término francés significa “dejar hacer”. En el siglo XVIII Adam Smith escribió La riqueza de las naciones, un libro en que expuso las ideas fundamentales de los sistemas económicos basados en la libre empresa. Una de ellas es la “mano invisible”. Smith indica que la libre empresa da la impresión de estar regida por el caos, pero que no es así. La “mano invisible” es una especie de “orden natural” que por medio de la “oferta y la demanda”, la “división del trabajo” y otros mecanismos logra el balance idóneo para que la sociedad pueda lograr la riqueza y la felicidad colectiva.

Este libro, relativamente fácil de leer, se ha convertido en la biblia de los defensores de la libre empresa. Deslumbrados por esta filosofía económica, muchos sostienen que el gobierno nunca jamás debe intervenir en la economía. El mercado debe marchar según sus propias reglas. Cuando el gobierno toma cualquier medida para influir sobre el mercado, por menor que sea, el resultado siempre será desastroso porque habrá alterado la influencia benévola de la “mano invisible”.

La diferencia principal entre demócratas y republicanos es el grado en que creen en el “laissez faire”. Muchos demócratas opinan que el gobierno puede y debe reglamentar varios aspectos de la sociedad, incluida la economía; quieren que las agencias del gobierno fiscalicen a las empresas, protejan a los consumidores, verifiquen los medicamentos, etc.

Los republicanos, por convicción ideológica, rechazan la intervención gubernamental. Los “moderados” están dispuestos a aceptar algún tipo de intervención menor, cuando es indispensable. Los republicanos de “línea dura” no transan bajo ninguna circunstancia. Tan pronto un gobierno intenta controlar cualquier aspecto de la economía, empiezan a dar saltos como gatos locos y a predecir la llegada del Apocalipsis.

Es necesario conocer esta filosofía del “laissez faire” para entender la grandísima contradicción ideológica en que se encuentra en este momento Jorge Bush II, quien desde el día de su coronación se proclamó defensor a ultranza del “laissez faire” de “línea dura”. Pero ahora, en los últimos meses de su reinado, ante la crisis que enfrenta la economía norteamericana, ha tomado una serie de medidas que han horrorizado a sus colegas de línea dura.

La economía no es una ciencia exacta. Algunos economistas muy capacitados argumentan que la Gran Depresión de 1929 se debió al “laissez faire”. Otros dicen lo contrario: que se debió a la intervención gubernamental.

Jorge Bush II ha pasado ocho años proclamando ante el mundo que el sistema económico del Imperio del Norte es el mejor del mundo y que todos los países deben imitarlo. De hecho, este filántropo tuvo la gentileza de invadir Irak para regalarle al país los beneficios del “laissez faire”.

Pero ahora, de pronto, le ha dado la espalda a su filosofía y anda nacionalizando grandes empresas, tomando el control de bancos, inyectando dinero federal a diestra y siniestra, e implantando tantas medidas anti “laissez faire” que el pobre Adam Smith debe estar dando vueltas en su tumba.

Es evidente que el Emperador, en sus últimos meses de reinado, se ha convertido en un socialista furibundo. Así es la política, querida Eudocia.

Te besa tu hermano,

Constantino

FIN


“Cartas Bizantinas: ‘Laissez faire'”, Luis López Nieves, El Nuevo Día, San Juan de Puerto Rico, 12 octubre 2008, p.88 y endi.com.

Ver la versión original en el periódico El Nuevo Día


Cartas Bizantinas es una columna del escritor Luis López Nieves, Premio Nacional de Literatura (años 2000 y 2005) y autor de la novela El corazón de Voltaire y del cuento Seva, entre otros libros. Pulse aquí para más información.


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