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Los nuevos indios – Cartas Bizantinas


Luis López Nieves

El príncipe Constantino, embajador de Bizancio en el Caribe, le escribe a la princesa Eudocia, su hermana menor, quien reside en la capital bizantina.

Querida Eudocia:

Desde que llegué a Puerto Rico como embajador de nuestro país, he leído mucha historia de América Latina. Como resultado, en estos días he descubierto un paralelismo histórico que quisiera compartir contigo.

Cuando los europeos llegaron a América y empezaron a conquistar sus regiones una tras otra, a los indios tal vez no se les ocurrió pensar que el mundo de ellos perecía, que no sólo serían conquistados, sino que serían destruidos como civilización. Además, todo indica que en ningún momento pensaron en unirse para evitar la conquista extranjera.

De hecho, había diferencias entre los indios mismos, muchos odios ancestrales que conquistadores como Hernán Cortés, en México, aprovecharon hábilmente para lograr que los aborígenes lucharan entre sí. “Divide y conquistarás”, dijo Maquiavelo en el 1515, en El príncipe. Pero los conquistadores no tuvieron que leer este libro para ganarse la masiva desunión suicida de los indios.

Esta ceguera histórica fue lo que más debilitó a las culturas nativas de América; no les permitió luchar unidas contra el peor enemigo de todos, el europeo, que habría de arruinarlos para siempre.

Debo aclarar, querida hermana, que no estoy criticando a estos indios. Ellos no tenían manera de ni siquiera sospechar lo que acabo de explicar. Carecían, como es evidente, de la perspectiva histórica que tenemos en el siglo XXI. Muchas de estas culturas ni siquiera tenían libros. Por tanto, mi análisis de estos sucesos lo hago sin repartir culpas. Es una mera conclusión.

Al principio de esta carta te hablé de un paralelismo. Leo las noticias actuales y no puedo dejar de comparar a la América precolombina con el mundo islámico de hoy. Así como los europeos conquistaron América pedazo tras pedazo, hoy día Estados Unidos hace lo mismo con los musulmanes.

Primero conquistaron Afganistán. En este caso la comparación con la América precolombina es sencilla, porque la diferencia en el balance de fuerzas militares es similar. De la misma manera en que un indio con macanas y lanzas de madera no podía enfrentar el acero y los cañones de los españoles, ¿cómo podía el pequeño ejército de Afganistán oponerse a la tecnología militar de los Estados Unidos?

Luego conquistaron Irak, que a pesar de tener un ejército mayor y más preparado, tampoco podía oponerse frontalmente a la extraordinaria tecnología norteamericana.

Bueno, hermana mía, han caído estos dos países bajo el dominio directo de los Estados Unidos. Y todo parece indicar que este nuevo imperio, insaciable como los europeos del siglo XVI, ahora se prepara para destruir Irán, Siria y otras regiones del mundo islámico.

¿Y qué hacen los demás países musulmanes? La mayoría no hace nada. Otros, como Jordania, Paquistán y Turquía, incluso cooperan activamente con el invasor.

Entonces, yo me pregunto, ¿esta gente no lee libros de historia? ¿Por qué no se unen? ¿No se dan cuenta de que el Imperio Norteamericano tiene el claro objetivo de conquistarlos uno tras otro para luego destruir la civilización islámica, así como los europeos hicieron con las civilizaciones precolombinas de América?

Si esta situación no cambia pronto, los musulmanes serán los “nuevos indios” del mundo: La civilización destruida… Alá olvidado o difamado… Vivirán para ser peones y sirvientas de sus conquistadores.

Recibe un fuerte abrazo de tu hermano

Constantino

FIN


“Cartas Bizantinas: Los nuevos indios”, Luis López Nieves, 15 octubre 2003, ciudadseva.com.

Cartas Bizantinas es una columna del escritor Luis López Nieves, Premio Nacional de Literatura (años 2000 y 2005) y autor de la novela El corazón de Voltaire y del cuento Seva, entre otros libros. Pulse aquí para más información.


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