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Milagros de Nuestra Señora II: El sacristán fornicario

[Poema - Texto completo.]

Gonzalo de Berceo

75 Amigos, si quisiéssedes un pocco esperar,
aun otro miraclo vos querría contar,
que por Sancta María dennó Dios demostrar,
de cuya lege quiso con su boca mamar.

76 Un monge beneíto fue en una mongía,
el logar no lo leo, decir no lo sabría,
querié de corazón bien a Sancta María,
facié a la su statua el enclín cada día.

77 Facié a la su statua el enclín cada día,
fincava los enojos, dicié: «Ave María»;
el abbat de la casa dio’l la sacristanía,
ca teniélo por cuerdo e quito de follía.

78 El enemigo malo, de Belzebud vicario,
que siempre fue e éslo de los buenos contrario,
tanto pudió bullir el sotil aversario
que corrompió al monge, fízolo fornicario.

79 Priso un uso malo el locco peccador,
de noche, quando era echado el prior,
issié por la eglesia fuera del dormitor,
corrié el entorpado a la mala lavor.

80 Siquier a la exida, siquier a la entrada,
delante del altar li cadié la passada;
el enclín e la Ave teniéla bien usada,
non se li oblidava en ninguna vegada.

81 Corrié un río bono de la mongía,
aviélo de passar el monge todavía;
do se vinié el loco de complir su follía,
cadió e enfogóse fuera de la freiría.

82 Quando vino la ora de matines cantar,
non avié sacristano que podiesse sonar:
levantáronse todos, quisque de su logar;
fueron a la eglesia al fraire despertar.

83 Abrieron la eglesia como mejor sopieron,
buscaron al clavero, trobar no lo podieron;
buscando suso e yuso atanto andidieron,
do yazié enfogado, allá lo enfirieron.

84 Qué podrié seer esto no lo podién asmar,
si’s murió o’l mataron no lo sabién judgar;
era muy grand la basca e mayor el pesar,
ca cadié en mal precio por esto el logar.

85 Mientre yazié en vanno el cuerpo en el río,
digamos de la alma en qual pleito se vío:
vinieron de dïablos por ella grand gentío,
por levarla al váratro, de deleit bien vazío.

86 Mientre que los dïablos la trayén com a pella,
vidiéronla los ángeles, descendieron a ella,
ficieron los dïablos luego muy grand querella,
que suya era quita, que se partiessen d’ella.

87 Non ovieron los ángeles razón de vozealla,
ca ovo la fin mala e asín sin falla;
tirar no lis podieron valient una agalla,
ovieron a partirse tristes de la vatalla.

88 Acorrió’l la Gloriosa, reína general,
ca tenién los dïablos mientes a todo mal;
mandólis atender, non osaron fer ál,
moviólis pletesía firme e muy cabdal.

89 Propuso la Gloriosa palabra colorada,
«Con esta alma, foles, -diz- non avedes nada;
mientre fue en el cuerpo fue mi acomendada,
agora prendrié tuerto por ir desamparada.»

90 De la otra partida recudió el vozero,
un savidor dïablo, sotil e muy puntero:
«Madre eres de Fijo, alcalde derechero,
que no’l plaze la fuerza nin es end plazentero.

91 Escripto es que el omne allí do es fallado
o en bien o en mal, por ello es judgado:
si esti tal decreto por ti fuere falssado,
el pleit del Evangelio todo es descuiado.»

92 «Fablas -diz la Gloriosa- a guis de cosa nescia,
non te riepto, ca eres una cativa bestia;
quando ixió de casa, de mí priso licencia,
el peccado que fizo yo’l daré penitencia.

93 Serié en fervos fuerza non buena parecencia;
mas apello a Christo, a la su audïencia,
el que es poderoso, pleno de sapiencia,
de la su boca quiero oír esta sentencia.»

94 El Reï de los Cielos, alcalde savidor,
partió esta contienda, non vidiestes mejor:
mandó tornar la alma al cuerpo el Sennor,
dessent qual mereciesse, recibrié tal onor.

95 Estava el convento triste e desarrado,
por esti mal exiemplo que lis era uviado;
resuscitó el fraire que era ya passado,
espantáronse todos ca era aguisado.

96 Fablólis el buen omne, díssolis: «Companneros,
muerto fui e so vivo, d’esto seet bien certeros,
¡Grado a la Gloriosa que salva sos obreros,
que me libró de manos de los malos guerreros!»

97 Contólis por su lengua toda la ledanía,
qué dizien los dïablos e qué Sancta María;
cómo lo quitó ella de su podestadía,
si por ella non fuesse, serié en negro día.

98 Rendieron a Dios gracias de buena boluntat,
a la sancta reína, madre de pïadat,
que fizo tal miraclo por su benignidat,
por qui está más firme toda la christiandat.

99 Confessóse el monge e fizo penitencia,
mejoróse de toda su mala contenencia,
sirvió a la Gloriosa mientre ovo potencia,
finó quando Dios quiso sin mala repindencia,
requiescat in pace cum divina clemencia.

100 Muchos tales miraclos e muchos más granados
fizo Sancta María sobre sos aclamados;
non serién los millésimos por nul omne contados,
mas de lo que sopiéremos, seed nuestros pagados.



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