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Resistencia – Cartas Bizantinas


Luis López Nieves

El príncipe Constantino, embajador de Bizancio en el Caribe, le escribe a la princesa Eudocia, su hermana menor, quien reside en la capital bizantina.

Querida Eudocia:

Qué casualidad que me preguntes sobre la Resistencia. Hace tres semanas, durante mi último viaje a las Naciones Unidas, conversé sobre el tema con el embajador de Francia. Me explico:

Adolfo Hitler, gobernante de Alemania, invadió Francia en el 1940. El Gobierno francés se rindió, abrumado por la superioridad militar alemana. Pero el pueblo de Francia no estuvo conforme y comenzó su propia guerra de liberación.

Conocida como la “Resistencia Francesa”, esta lucha se extendió a todos los sectores de la sociedad y utilizó todos los medios a su alcance. Espiaban al enemigo y enviaban la información a los aliados, quienes después atacaban a los alemanes desde el exterior. Además, llevaron a cabo una feroz y sistemática campaña de sabotajes: destruían puentes, rieles, carreteras, aeropuertos y fábricas para que la ocupación le resultara costosa a los invasores.

También llevaron a cabo ataques militares rápidos y pequeños, lo cual se conoce como “guerra de guerrillas”. Es inútil hacerle frente a un invasor poderoso: mejor se le ataca por sorpresa en los lugares menos esperados para que no tenga un segundo de paz ni pueda dormir tranquilo.

Otro aspecto importante de la Resistencia Francesa fue la neutralización de los traidores. A quienes ayudaban a los alemanes o trabajaban con ellos se les conocía como “colaboradores”. Los franceses patrióticos acordaron que todo colaborador merecía la muerte. Así evitaban que otros traidores -o débiles de espíritu- se sintieran tentados por las jugosas ofertas de los invasores.

En la Resistencia Francesa participaron prestigiosos escritores como Jean-Paul Sartre, Albert Camus, André Malraux, Louis Aragon y muchos otros. Los miembros de la Resistencia se convirtieron en héroes muy admirados en Francia y en el resto del mundo. Se han hecho películas y escrito libros que cuentan el sacrificio, muchas veces anónimo, de estos heroicos libertadores.

Este largo preámbulo ha sido necesario, querida Eudocia, para contestar tu pregunta sobre la resistencia en nuestro vecino país de Irak. Allí el pueblo se ha levantado -como lo hicieron los franceses en contra de Hitler- para combatir al ejército enviado por el emperador Jorge Bush II. Contra este invasor luchan todos: pobres y ricos, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, campesinos y profesionales. En esta lucha -popular y masiva- participan los equivalentes musulmanes de Jean-Paul Sartre y Albert Camus, porque los artistas honestos repudian las invasiones: muchos han muerto por la libertad.

Si alguien te dice que admira a la Resistencia Francesa, pero luego critica la Resistencia Iraquí, debes tener cuidado: esa persona intenta engañarte. En un punto fundamental coincidimos el embajador de Francia y yo: estas luchas son semejantes. Los franceses se defendían de Adolfo Hitler y los iraquíes se defienden de Jorge Bush II. Al igual que Troya, Numancia y Masada, muchas naciones han preferido morir antes que someterse a un poder extranjero.

Hace pocos días nuestro Augusto Soberano me envió una condecoración para reconocer mi labor como embajador bizantino en América Latina. Me siento muy honrado. Cuando vayas a palacio salúdalo de mi parte. Está contento porque logré un acuerdo secreto con el gobierno de Puerto Rico, que te contaré otro día.

Te besa tu hermano,

Constantino

FIN


“Cartas Bizantinas: Resistencia”, Luis López Nieves, El Nuevo Día, San Juan de Puerto Rico, 13 13 ma5 07marzo 2007, p.83 y endi.com.

Ver la versión original en el periódico El Nuevo Día


Cartas Bizantinas es una columna del escritor Luis López Nieves, Premio Nacional de Literatura (años 2000 y 2005) y autor de la novela El corazón de Voltaire y del cuento Seva, entre otros libros. Pulse aquí para más información.


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