Casa digital del escritor Luis López Nieves


Recibe gratis un cuento clásico semanal por correo electrónico

El Sagrado Corazón y la pedagogía de la creación

Eric Landrón

El Star


En estos días, la Universidad del Sagrado Corazón ha dado un histórico y titánico paso en la educación puertorriqueña. Anunciando, por todo lo alto, que a partir de agosto de este año, ofrecerá una maestría en Creación Literaria, bajo el ojo clínico y magnífico, del no menos clínico y magnifico literato, el Dr. Luis López Nieves.

Decía, en el estreno de esta columna, un “titánico paso” debido a que tradicionalmente la “Academia” ha dejado fuera al creador de literatura. Es raro encontrar a un escritor medular, cuyos estudios formales repiquen en un “Phd” en dicha área de la creación incendiaria.

Mencionamos, por ejemplo, al escritor vivo de mayores galardones en la literatura universal, Gabriel García, el “Gabo”. Este genial escribidor, no terminó sus estudios formales, aprendiendo su oficio como debe ser, “a pura lectura, a pura intensidad de vida vivida y a pura reflexión de luz”.

Todas esas “purezas mundanales” las consolidó con un estudio “autodidacta” que le brindaron las armas literarias, las técnicas narrativas, los malabarismos de la palabra y las mañas del ingenio, suficiente como para ostentar una de las obras escritas de mayor trascendencia y esencia universal que se ha escrito en toda nuestra lengua castiza.

La razón de la historia del Gabo, así como de muchas historias de escritores geniales y “autodidactas”, es sencilla. El creador no tiene cabida en unos estudios parecidos a “un camisón de 22 varas”, ya que las “once” mencionadas tradicionalmente no les basta a la “Academia” doctoral.

Sus espíritus libres y cuestionantes, acostumbrados a cabalgar mucho más allá del amor a primera vista y asentados por sus intuiciones creativas hacen que bostecen frente al estudio formal. En ese lugarejo del conocimiento “come y vete” el cúmulo de fechas memorizadas, la descripción babosa de acontecimientos y el ataponamiento de la información en letanías, recicla, el vano, mondo y lirondo efecto de imponerle un bozal a la creación artística. Esto, mientras se doctoran de eruditos en tal o cual materia de la literatura.

Como creador, siempre le he guardado un resquemor en el alma a todo lo que representa al Departamento de Estudios Hispánicos, o a cualquier facsímil irrazonable, cuyo gula por el saber al detalle, por pavonear citas librescas y demás arrogancias de la “Academia”, mata la espontaneidad vital del aspirante a la creación.

Ciertamente, de esa educación han salido excelentes críticos literarios, como mediocres de punta a punta. De los primeros, Doña Margot Arce, Josémilio González y muchos otros de una cepa bondadosa y genial en peligro de extinción.

De los segundos, existe algo peor. Algunos, se amanceban en columnas de periódicos, impartiendo sus críticas literarias con mala leche e injusticias, muchas veces frustrados por su incapacidad evidente e invidente de ser creadores. Lo único que les queda es apertrecharse en grupillos para su auto bombo y favorecer a sus amiguitos, y hermanos de esa logia imprudente.

Dentro de todo este maremagno, el Sagrado Corazón ofrece a manos llenas la esperanza a muchos creadores, incrustados en la actualidad en “callejones sin salida” y “sin entrada”. El currículo planteado convoca a talleres de cuento y narración novelesca, teoría e historia del cuento y la novela, al estudio puntilloso de las grandes obras en la narrativa universal e hispánica.

Todo este menú académico, puesto y dispuesto al servicio de brindarle al creador las herramientas literarias para desarrollar el arte de apalabrar la vida y mutar la fantasía en realidad memorable y vivencial.

Con un breve, pero medular examen del Programa de Maestría del Sagrado reconocemos la inquieta y certera mano de Luis López Nieves, quién ha vivido en carne propia los desmanes elitistas de la “Academia” endémica.

Este innovador, como sorpresivo letrado, en su sentido literal, ha quemado muchas neuronas sesudas en nombre de su oficio y vocación de bien, que ha sido para nuestro orgullo patrio, el perpetuo estimular al artista de la palabra para que encuentre su vórtice y originalidad. Sé, porque lo hemos hablado extensamente, que para Luis el creador se hace en la medida en que se descubre y redescubre.

Las técnicas del escribiente, necesarias para su desarrollo pleno y pertinencia de oficio es el medio práctico para romper de una vez y para siempre el alegado derecho a la intimidad del escritor, consagrado en las constituciones universales. En un literato, ese derecho no vale, no encaja humanamente hablando, debido a lo que perpetuamente hace y deshace con las oraciones, los párrafos y las letras es ventear al mundo sus deseos más íntimos e intimidantes, sus visiones de vida aunque lo cieguen, sus fantasías más feroces, sus sueños más despiertos.

Saludamos, con cabal alegría y gozo de espíritu, la provocación de esta Maestría para creadores. Saludamos a esta citación al reencuentro con todo lo perdido en nuestros fueros, gracias a la desgracia de una educación forzosa, sectarizante, tuerta, arrogantona y castrante en su sentido más destemplado y desesperante.

Saludamos a todos estos pioneros del Sagrado Corazón que han dado un paso adelante, haciendo respetar al poeta de la palabra narrada, cuya pluma o computadora es su vida, su sacerdocio, su amor al prójimo y su trascendencia. ¡Enhorabuena!

FIN


“El Sagrado Corazón y la pedagogía de la creación”, Eric Landrón, El Star, San Juan de Puerto Rico, 28 marzo 2004, p.43.


Volver a Bibliografía crítica sobre la obra de Luis López Nieves