La transgresión del género negro en El corazón de Voltaire
Consuelo Martínez Justiniano
Definición y origen de la novela negra
La novela negra debe su nombre a que originalmente fue publicada en la revista Black Mask de Estados Unidos y en la colección Série Noire francesa, así como a los ambientes “oscuros” que logra. El escritor norteamericano Raymond Chandler, en su libro El simple arte de matar, la definió como el relato del mundo profesional del crimen. El término se asocia a un tipo de novela policíaca en la que la resolución del misterio no es el objetivo principal; es habitualmente bastante violenta y las divisiones entre el bien y el mal están difuminadas.
La novela negra tuvo su origen en los Estados Unidos durante las primeras décadas del siglo XX. Edgar Allan Poe, escritor norteamericano, es considerado el creador del género. Entre sus obras se destacan tres historias de raciocinio protagonizadas por el investigador francés Dupin: Los crímenes de calle morgue, El misterio de Marie Roget y La carta robada.
Desde su origen este género literario ha sido bien recibido por sus lectores, pero algunos críticos literarios subvaloran su temática vinculando ésta a un tipo de narración folletinesca. Sin embargo, autores de la talla de Jorge Luis Borges han expresado ideas diferentes. Borges afirma que la novela negra se basa en la idea de la literatura como un hecho intelectual, de considerar la literatura como una operación de la mente, ya que la esencia original del género policial no radica en los misteriosos crímenes de sangre, sino en su fuerte contenido intelectual.
En Argentina, Borges es un escritor que ha logrado combinar armónicamente el valor estético y la profundidad intelectual de la literatura culta con los atractivos del género policiaco popular. Si leemos Los mejores cuentos policiales a la luz de sus comentarios teóricos sobre el género, nos damos cuenta de que el escritor pretende devolver el relato detectivesco a su estado original (el de Poe), rescatando así la verdadera esencia de los textos fundadores de este género.
En Puerto Rico, Luis López Nieves, con su novela El corazón de Voltaire, ha presentado a los lectores una propuesta innovadora del género de la novela negra, una proposición que rompe con el cliché de los hechos sangrientos. Este autor puertorriqueño prácticamente quiebra la “definición” del género porque su novela no es una historia centrada en el crimen. No obstante, las demás características típicas de la novela negra están presentes en su obra. Mediante este estudio veremos, señalaremos y analizaremos cada una de las técnicas que se emplean en la novela negra, y cómo López Nieves las manejó en El corazón de Voltaire. Entendemos que nos encontrarnos ante una nueva propuesta de lo que es el género negro, por eso es necesario detenernos y estudiarla en su fondo. Queremos saber en qué manera y con qué propósito López Nieves transgrede el género, y cómo a pesar de este “pequeño desvío”, El corazón de Voltaire sigue siendo una novela negra.
Sobre El corazón de Voltaire
La primera edición de El corazón de Voltaire estuvo lista en noviembre de 2005, pero no fue hasta el mes de diciembre cuando empezó a venderse. Desde entonces y hasta ahora, ha sido favorecida por un gran número de lectores y ha recibido buenas críticas (en su mayoría periodísticas) de expertos en reseñas de libros, tanto en Puerto Rico como en otros países.
La reseñista literaria Carmen Dolores Hernández, en un artículo titulado “Voltaire en Puerto Rico tomando maví” señaló que “la trama -el entramado- está dada por la forma, que remite directamente a ella y la convierte en el centro de la atención, como conviene al género de la novela negra. Los personajes se van perfilando en función de su propia escritura que, a su vez, está en función de la acción”. Además, expresó que el hecho de que la novela completa esté escrita en forma de correos electrónicos no es el menor de sus atractivos. Por el contrario, según ella, al principio éstos son algo escuetos pero luego remiten al lector a la lengua de la oficialidad burocrática y también a los resortes a los que esa burocracia responde. “Más largos luego, aunque punteados por cortos exabruptos, contienen a veces anejos sustanciales, cartas de tipo tradicional, pasajes de monografías u otros tipos de escritura. El texto mismo, que va directamente al grano, constituye el punto central de la novela: a través de él se tiende un puente hacia un pasado que ofrece múltiples posibilidades interpretativas, generándose así una tupida red de correspondencias que subyacen el frágil hilo de la trama principal”, sustentó Hernández.
El periodista Luis Beiro en el artículo “Luis López Nieves y El corazón de Voltaire” reseñó la novela y la comparó con La guerra del fin del mundo, de Mario Vargas Llosa, y El chat, de Pedro Camilo. También expresó que esta obra es una novela original y bien escrita que debe sumarse a los intentos de la postmodernidad por ampliar los horizontes de la prosa narrativa.
El profesor de historia y literatura, y también escritor, Mario R. Cancel, manifestó en su reseña crítica “Luis López Nieves maestro de la intriga narrativa” que a través de esta novela el lector se enfrenta a la obra como lo haría a cualquier otro texto epistolar. “Organizando las pistas que se ofrecen en las notas de la red de corresponsales, se reconstruye el rompecabezas sin dificultades. La inserción de textos manuscritos y las opiniones de los corresponsales redondean el texto dándole una transparencia inusitada”. Añadió, además, que la pertinencia de esta novela radica en el hecho cultural de que los valores modernos desfallecen en la frontera de la postmodernidad. Para Cancel, en esta novela el subgénero negro y policiaco se ve superado en el texto. “Aquí la intriga se flexiona sobre sí misma con una complejidad que recuerda el carácter circular del relato en La doble muerte del Profesor Dupont publicada por Alain Robbe-Grillet en 1953”, puntualizó.
Francisco Font Acevedo indicó, en el artículo “La pasión histórica de Luis López Nieves”, que El corazón de Voltaire cumple estructural y argumentalmente su cometido. De acuerdo a Font en esta historia ningún cabo queda suelto, las caracterizaciones de los personajes son convincentes y la solución de la intriga es original y plausible.
En “Para trocar un corazón”, el venezolano Milton Quero Arévalo aseguró que el llamado género novela negra no operó como camisa de fuerza en Luis López Nieves, sino que fue un punto de partida para enriquecerlo y dar sus aportes al género. Señaló como ejemplo de esto el fino humor que destila la novela alrededor de todas sus páginas. “Este es un aporte incuestionable de nuestro novelista al género”, señaló. Arévalo recordó que el género suele ser definido como un tipo de narración policíaca en la que la resolución del misterio no es el objetivo principal. Añadió que con esta obra López Nieves ha hecho un gran aporte que amplía el género de la novela negra. “Una variedad de temas se entrelazan en esta magnífica novela. Expresados con inteligencia y mesura a los ojos de un lector muy atento, traspasan sin duda el estatuto de novela negra con que la crítica especializada suele rotular este tipo de narraciones”, especificó.
La crítica literaria Estelle Irizarry, en su libro El arte de la tergiversación en Luis López Nieves, declaró que este autor trae, como una especie de discusión a propósito de El corazón de Voltaire, la cuestión de la llamada literatura popular versus la culta. Añadió que “la novela negra es un género que ha logrado penetrar ambos mercados, como atestigua la inmensa bibliografía sobre Raymond Chandler, que comprende cientos de artículos publicados en prestigiosas revistas académicas como así también en la prensa popular” (121).
Una novela negra transgresora
Mariano Sánchez Soler, escritor y periodista, en un artículo titulado “Cómo se escribe una novela negra (¿Se puede freír un huevo sin romperlo?)”, plantea unas técnicas y un orden para lograr una novela de este género. Analicemos a la luz de este modelo cómo López Nieves siguió dichas pautas, pero se tomó la libertad de transgredir alguna norma con el fin de hacer su aportación al género.
De acuerdo a Sánchez Soler, el primer paso es la búsqueda de la verdad, lo que significa que “su objeto narrativo nace de la necesidad de desvelar un hecho oculto/misterioso que nos mantiene sobre ascuas. A través de sus páginas, el autor se propone, además, desentrañar el impulso escondido que mueve a los personajes y que justifica la existencia del relato desde el principio al fin”. Esto es precisamente lo primero que hace López Nieves en la novela El corazón de Voltaire. La acción comienza rápidamente ante la interrogante “misterio” que hay que develar: “dónde reposaban los restos de Voltaire” (9), pregunta madame Dugardin a sus secretarios y asesores ante la indagación del presidente de Brasil. “No se sabe dónde están los restos de monsieur de Voltaire” (11), responde Mathieu Devereux, viceministro de Cultura de la República Francesa. A partir de esto nace la duda sobre si el corazón expuesto en la Biblioteca Nacional de París es realmente el de Voltaire. Ante esta incertidumbre “El presidente de la República Francesa ordena que se identifique al científico que lleva años solicitando permiso para analizar el ADN del corazón de Voltaire” (17). Ya identificado el científico, el doctor Roland de Luziers, éste inicia una investigación desentrañando “el impulso escondido que mueve a los personajes” que se involucran cada vez más en la acción y el suspenso de la obra.
El segundo paso, según Sánchez Soler, es la intriga: del quién al cómo. “Una novela negra debe escribirse con esa voluntad de intriga, de revelación; cada capítulo, cada página, tiene que conducir al lector hasta la conclusión final sin concederle el más mínimo respiro”, expresó. Así trabaja López Nieves El corazón de Voltaire. Una vez inicia la acción comienza la intriga. El doctor Roland de Luziers escribe una carta al único pariente vivo de Voltaire con el fin de comparar su ADN con el del corazón del Filósofo, pero es entonces cuando comienza el enredo. Gabriel Daumart (pariente de Voltaire) está prácticamente desparecido, pues abandonó en Argentina a su mujer y a su hija. El doctor De Luziers practica la prueba de ADN a la hija de Daumart (Gracielita); sin embargo, el resultado es negativo. Después de una intensa búsqueda, Daumart es localizado en Puerto Rico y accede a hacerse la prueba y nuevamente el resultado es negativo. Exhuman en México el cadáver del padre de Daumart y al comparar su ADN con el del corazón de Voltaire, el resultado también es negativo. Esta serie de eventos generan en el lector conclusiones precipitadas y agilizan la intriga de la novela. “(…) con el padre de Daumart mueren mis esperanzas” (57), confiesa el doctor De Luziers a su amigo Jérõme.
El tercer paso que propone Sánchez Soler es que la acción es esencial. “La novela negra es una narración itinerante que describe ambientes y personajes variopintos mientras se persigue el fin, la investigación, la búsqueda”, manifestó. Definitivamente, a través de los “diálogos” de los personajes por medio de los correos electrónicos (como sucede en toda la obra), podemos conocer el carácter y la personalidad de cada uno. Especialmente del doctor De Luziers, quien va del humor “(…) como si yo fuera la pechuga del Espíritu Santo” (22), a la euforia “¡Después de tantos años de lucha! ¿Lo puedes creer? (22), al sarcasmo “(…) aquí en Francia el Gobierno, con el apoyo de los ciudadanos, persigue con brío a los padres irresponsables” (29), a la desolación “¿Qué hacer? Lo normal en este caso sería consultar a un experto, pero resulta que nadie en el mundo conoce este caso mejor que yo. Yo soy el experto” (46), a la coquetería “¡Te amo! ¡Quiero casarme contigo! ¡Hoy, hoy mismo! (113) y así sucesivamente. De este modo también logramos conocer cómo es la historiadora, Ysabeau de Vassy. En unas circunstancias, seria y profesional: “No puedes estar en mejor sitio. Sé cuidadoso, meticuloso, paciente. Si te puedo ayudar, cuenta conmigo” (104). En otros momentos sarcástica: “No estás nada mal, a pesar de que no eres historiador sino un mero científico” (112). También cuenta con sentido del humor: “Mira, niño depravado, ayer me encontré con Marie en la sección de Literatura del FNAC y le di la queja de que me andas proponiendo matrimonio” (114). Y logra ser determinante: “Roland de Luziers, quédate y empieza a hacer las gestiones de inmediato. ¡Hay que exhumar el cadáver! ¡Hay que exhumar el cadáver!” (162).
De acuerdo a Sánchez Soler, el cuarto paso es el argumento. El corazón de Voltaire tiene un buen argumento. El asunto es cómo demostrar que el corazón que está en la urna de la Biblioteca Nacional de París es el auténtico corazón de Voltaire. Es el doctor Luziers, profesor de genética de La Sorbonne, el encargado de resolver este dilema.
El quinto paso propuesto por Sánchez Soler es que lo accesorio no existe. Con esto quiere decir que “la voluntad de contar una historia y atrapar con ella al lector permite pocas florituras y ningún titubeo”. Titubeo es lo menos que encontramos en El corazón de Voltaire; todo lo contrario, determinismo. Desde el principio de la obra López Nieves cuenta una historia ágil con la característica de la novedad epistolar del correo electrónico, que atrapa al lector en una maraña de intriga y no lo suelta hasta el final. A pesar de en un momento ser predecible, porque el lector sabe que el cuerpo enterrado en la Abadía es el del verdadero Voltaire y que el corazón de la Biblioteca Nacional es el del doble, Gustave de Tamerville, no pierde interés en la historia hasta conocer todos los detalles y saber cómo el doctor Luziers conseguirá probar esto.
Como sexto paso, Sánchez Soler propone la construcción de los personajes. Lo que significa que “antes de comenzar a escribir, conviene saberlo todo sobre ellos. Su pasado, su psicología, su visión del mundo y de la vida… Si conocemos a los personajes principales (y muy especialmente al narrador o conductor de la historia, si es uno), el relato discurrirá fácilmente, se deslizará a través de las páginas como el jabón sobre una superficie de mármol y el lector no podrá abandonar el libro hasta el párrafo final”. Así sucede con El corazón de Voltaire. El personaje principal es el doctor Roland de Luziers, quien conduce la historia, atrapa al lector y lo sumerge en los meollos de su investigación de forma que éste no lo abandona hasta el final. El lector quiere saber cómo este genetista va a probar que el corazón que todos veneran es falso. Ahora, el doctor Luziers no es cualquier científico, sino un prestigioso profesor de genética de La Sorbonne que llevaba años estudiando la genealogía de Voltaire. Es un profesional honorable comprometido con su trabajo y la verdad. No es un hombre que se deja llevar por la intuición, ni siquiera por la razón, sino por la ciencia. De modo que su investigación está destinada a descartar teorías y a probar hipótesis.
El séptimo paso, según Sánchez Soler, es la fuerza de los diálogos. “Cuando hablan, los personajes deben utilizar la jerga precisa, sin abusar, con palabras claves, pero sin caer en un lenguaje incomprensible y cambiante”, explicó. A través de El corazón de Voltaire podemos distinguir la profesión y hasta el carácter de cada personaje porque su lenguaje así lo devela. Veamos por ejemplo a Frédéric Sarre, el peluquero amigo del fenecido Claude Dirieu. “Me quedé fascinado leyendo los datos de Voltaire. Los leí tres veces porque yo nunca fui a la universidad, pero mire, lo pude entender casi todo como si estuviera leyendo una revista” (69), “(…) varias clientas mías están planeando un viaje a la Biblioteca Nacional porque lo quieren ver en persona. Yo no puedo ir porque usted sabe lo mucho que trabajo, sobre todo los sábados que es el día de más actividad debido a las fiestas y las bodas… ¿Hay que pagar para ver el corazón?” (227). La doctora Ysabeau de Vassy, habla por su parte: “Se nota a leguas que lo tuyo no es la historia, porque hasta un historiador novato sabría que en aquellos tiempos las tapas abultadas, como las que describiste, eran uno de los lugares favoritos para ocultar documentos confidenciales. ¿No has leído novelas del siglo XVIII?” (112), “Hace falta una historiadora en Aurillac, ya no es un asunto para aficionados” (128). El genetista expresa: “Tal y como le dije mil veces: el ADN de los cabellos no tiene ninguna relación con el corazón de Voltaire. Cinco veces repetí las pruebas, pero los resultados siempre fueron los mismos: negativo” (137), “En resumen: el corazón de la Biblioteca Nacional es falso, pero en Aurillac encontré el verdadero. También hallé nada menos que el cadáver auténtico de nuestro gran Voltaire, en un estado de conservación estupendo. Es decir, poseo evidencia científica irrebatible” (212).
De acuerdo a Sánchez Soler el octavo paso es documentarse para ser verosímil. “Para que el lector se crea el relato que se está contando, el autor debe documentarse con el objetivo de no caer en mimetismos fáciles…”, aclaró. López Nieves, en El corazón de Voltaire, demuestra que se documentó y maneja hábilmente la terminología científica, lo que es imprescindible ya que el personaje principal es un genetista, quien habla en todo momento con mucho aplomo. “(…) ya hice las pruebas de ADN y no hay dudas: el cadáver que sacamos de Aurillac es de Voltaire. (…) El parentesco de Voltaire con el mechón de cabellos negros es absoluto. Asimismo, queda probado que Gabriel Daumart, al igual que Gracielita y el padre de Gabriel, son todos parientes del Filósofo y de su madre Marie-Marguerite Daumart… tal como decía el informe final del Comité Voltaire. Por otra parte, queda resuelto el misterio del corazón de la Biblioteca Nacional: es de Gustave de Tamerville, fraile benedictino y conde de Vire” (210). Imita a la perfección el lenguaje de los religiosos que tienen una intervención muy importante en la novela. Por ejemplo: “¡Ave María Purísima! Fray Antoine recibirá Cristiana Sepultura mañana, al atardecer. Los hermanos han recibido con alborozo la noticia del retorno de fray Gustave y lo tratan como a la oveja perdida” (152). Así también al propio Voltaire, veamos: “Los hombres son muy tontos. Como no pude hacerlos más razonables, ni menos pedantes, he decidido continuar siendo feliz lejos de ellos. Un minuto de felicidad vale más que mil años de gloria” (204).
El noveno paso que presenta Sánchez Soler es el mundo del crimen. Aquí es cuando López Nieves transgrede el género de la novela negra. ¿Por qué? Simplemente porque en El corazón de Voltaire no hay crimen, no hay hechos sangrientos. Sin embargo, entendemos que dicha trasgresión es la aportación del autor al género. Ya antes el escritor chileno, Luis Sepúlveda, había mencionado en el artículo “Novela transgresora y democrática” que la novela negra es un “género transgresor”. Además, Sepúlveda señaló que “los críticos y los especialistas tienen un quebradero de cabeza a la hora de determinar si lo que define a la literatura negra es la identificación de una serie de elementos más o menos fijos, más o menos inamovibles: evidentemente hay misterio, evidentemente hay una persecución, hay un perseguidor y un perseguido, o un perseguido y varios perseguidores, evidentemente hay un necesario juego deductivo, pero que se plantea a la hora de hilar la trama, sin que lo deductivo propiamente tal sea necesariamente lo más importante”. Ahora bien, no hay crímenes en la novela de López Nieves, pero indiscutiblemente hay misterio. La llamada “persecución” en El corazón de Voltaire no es otra cosa que una intrigante investigación, es la persecución de la verdad. El doctor Luziers sigue una serie de pistas hasta dar con la verdad y probar la autenticidad o no autenticidad del corazón de Voltaire expuesto en la Biblioteca Nacional de París. En la novela existe “el juego deductivo”, el genetista parte de un principio general conocido para llegar a un principio particular desconocido, pero no a través del razonamiento, sino de pruebas científicas. Su “principio general” es el corazón que se honra como reliquia del gran Filósofo y su “principio particular” son los resultados de las pruebas de ADN que revelan que dicho corazón no pertenece al gran Voltaire. Entendemos que lo que reafirma que El corazón de Voltaire es una novela negra es que hay una investigación, la razón de la obra es la búsqueda de la verdad. López Nieves rompe con el cliché del típico detective que investiga un crimen, sustituyéndolo por un genetista que tiene la encomienda de probar científicamente la autenticidad del corazón de Voltaire. Es decir, en las novelas negras tradicionales los detectives usan técnicas científicas para hacer sus investigaciones, pero en El corazón de Voltaire es un científico quien usa técnicas detectivescas para realizar su investigación. De modo que la transgresión de López Nieves a la novela negra se convierte en una aportación al género, y lo enriquece. Lo hace innovador y mucho más interesante puesto que rompe con el “estereotipo” de lo que el lector espera encontrar en una novela de este género. Hay tensión, mucho suspenso e intriga. Existe una investigación, pero no hay un típico detective buscando al culpable de un crimen.
El décimo y último paso que presenta Sánchez Soler es una advertencia final para que no haya nada de trucos. “Divertir, entretener, emocionar, escribir para ser leído… ¿No es este el objetivo de la Literatura? Hay que jugar limpio con el lector”, concluyó. López Nieves lo logra. Para el crítico estadounidense, Seymor Menton, El corazón de Voltaire es una “obra novedosa y original”. Menton, en el artículo “En busca de la calidad: Nuevas novelas novedosas” señaló que si esta obra se convierte en película “es posible que llegue a ser tan exitosa como El nombre de la rosa de Umberto Eco o como El código Da Vinci de Dan Brown”. Entendemos que definidamente esta novela es entretenida, divertida y emocionante, no sólo porque mantiene al lector a la expectativa de los nuevos acontecimientos, sino porque logra que éste se identifique con el estilo electrónico, lo que, en palabras del propio Menton, “acelera la intriga con sus complejidades, sus sorpresas y su suspenso”.
La nueva novela negra del siglo XXI
Después de haber analizado El corazón de Voltaire a la luz del modelo de Sánchez Soler y de los comentarios de escritores, periodistas y críticos literarios, podemos concluir que López Nieves “reinventó la rueda”, “se quitó la camisa de fuerza”, “rompió con el cliché” de la novela negra. ¿En qué manera? Como ya señalamos, omitiendo el elemento del crimen en su historia. ¿Con qué propósito? Evidentemente con la intención de ofrecer al lector una propuesta innovadora. ¿Sigue siendo El corazón de Voltaire una novela negra? Por supuesto que sí. Reúne todos los demás elementos del género, como ya hemos demostrado. Con El corazón de Voltaire el lector tiene en sus manos una novela negra diferente capaz de atraparlo en su maraña de intrigas y capaz de transportarlo a una aventura de la que seguro se sentirá partícipe. El corazón de Voltaire es una obra transgresora que consideramos la nueva novela negra del siglo XXI.
FIN
Obras Citadas
- Beiro, Luis. “El corazón de Voltaire“, Listín Diario, Santo Domingo, República Dominicana, 11 junio 2006, listindiario.com.do y ciudadseva.com/obra/2006/06/11jun06/11jun06.htm
- Borges, Jorge Luis. Los mejores cuentos policiales – Casares Bioy, Adolfo,. Emecé Editores y Alianza editorial. Segunda reimpresión, Madrid, 1989.
- Cancel, Mario R. “Luis López Nieves maestro de la intriga narrativa“, Primera Hora, San Juan de Puerto Rico, 28 enero 2006, p.39. primerahora.com y ciudadseva.com/obra/2006/01/28ene06/28ene06.htm
- Chandler, Raymond. El simple arte de matar. Barcelona: Bruguera, S.A., 1979.
- Font Acevedo, Francisco. “La pasión histórica de Luis López Nieves“, Radio Universidad, Río Piedras, Puerto Rico, 7 julio 2006, radiouniversidad.org y ciudadseva.com/obra/2006/07/07jul06/07jul06.htm
- Hernández, Carmen Dolores. “Voltaire en Puerto Rico tomando maví“, El Nuevo Día, San Juan de Puerto Rico, 5 febrero 2006, p10. (Sección Letras). endi.com y ciudadseva.com/obra/2006/02/05feb06/05feb06z.htm
- Irizarry, Estelle. El arte de la tergiversación en Luis López Nieves. San Juan: Terranova Editores, 2006.
- López Nieves, Luis. El corazón de Voltaire. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2005.
- Menton, Seymour. “El corazón de Voltaire: En busca de la calidad: Nuevas novelas novedosas”, 5-8 septiembre 2006, Sala de la Moneda, Ciudadela del Arte, Zacatecas, México. ciudadseva.com/obra/2006/09/05sep06c.htm
- Quero Arévalo, Milton. “Para trocar un corazón“, presentación de la novela El corazón de Voltaire, de Luis López Nieves, en la Universidad de Zulia, Maracaibo, Venezuela, 13 de octubre de 2006. ciudadseva.com/obra/2006/10/mqa01.htm
- Sánchez Soler, Mariano. “Cómo se escribe una novela negra (¿Se puede freír un huevo sin romperlo?)” Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2003. cervantesvirtual.com/FichaObra.html?Ref=11444 y ciudadseva.com/textos/teoria/tecni/novnegra.htm
- Sepúlveda, Luis. “Novela trasgresora y democrática”. Letras de Chile. letrasdechile.cl/lsepn.htm
“La transgresión del género negro en El corazón de Voltaire“, Consuelo Martínez Justiniano, Ciudad Seva, San Juan de Puerto Rico, 14 enero 2007, ciudadseva.com.