Laura, si tu mirada enternecida hunde en la mía el fulgurante rayo mi espíritu feliz, con nueva vida, en ráfaga encendida resbala con la luz del sol de mayo. Y si en tus ojos plácidos me miro sin sombras y sin velos, extasiado respiro las auras de los cielos.
Si el acento sonoro tu labio al aire da con un suspiro y la dulce armonía de las estrellas de oro; escucho de los ángeles el coro, y absorta el alma mía en transparente amoroso se extasía.
Si en la danza armoniosa tu pie, como ola tímida resbala, a la tropa de amores misteriosa miro agitar el ala; el árbol mueve, tras de ti, sus ramas cual si de Orfeo oyérase la lira, y a mis plantas la tierra que pisamos vertiginosa gira.
Si de tus ojos el destello puro fuego amoroso inflama, latido al mármol duro da y al árido tronco vital llama. Cuanto goce soñó la fantasía ya presente contémplolo y seguro, cuando en tus ojos leo, ¡Laura mía!
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