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 En primer plano pliegues, 
joyas, rostros, 
flordelisados jinetes 
usurpan con noticias humanas 
el velo de la nube en el cielo, 
el lejano ciprés, las colinas, 
los ríos como cintas al final de la fiesta. 
Hacia la perspectiva, 
la superficie se vuelve transparente, 
diseño esmaltado que deleita el ojo, 
tabla de tentaciones 
por donde la mirada corre a más, 
a la invisible fuente 
de lo visto. 
Un hombre busca puertas hacia 
eludir la contingencia 
que de este lado de la tela acecha, 
empeñado en ganarse un lugar 
que no preferirá el onagro 
ni habitarán terrores; 
llama detrás de ese infinito, 
intenta, 
deslizando esperanzadas lentes, 
descubrir y acercar 
lo que se esconde, 
lo que debiera estar sosteniendo el milagro. 
Y sólo encuentra 
el límite otra vez 
y la pregunta. 
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