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 Oh luna, blanca luna, 
que desde el cielo viertes tus fulgores 
despecho de todos los vapores 
con que la negra noche te importuna; 
yo sé que al permitirme la confianza 
de que a abusar cantándote me atrevo, 
antes que hablarte de otra cosa debo 
darte una explicación de mi tardanza; 
pero sabiendo, porque así lo he visto, 
no recuerdo en qué parte, 
que tú eres noble y generosa y buena 
con todos los prosélitos del arte, 
entre los que me inscribo al protestarte 
que nada hay que sin ti valga la pena, 
dejo los cumplimientos 
las excusas fútiles y vanas 
fin de aprovechar estos momentos; 
que tú al ver que en mis labios 
se agita el estro y mi silencio trunca, 
recordarás que el vulgo y aun los sabios 
dicen que vale más tarde que nunca! 
No, y mira tú: desde hace mucho tiempo 
pensaba yo en venir a saludarte, 
y hasta recuerdo que salí una noche 
sin más objeto que ese; 
pero aunque el muy ilustre Ayuntamiento 
me hizo creer que en el cielo te hallaría, 
tú, que probablemente estabas mala, 
te ocultaste y me diste una antesala 
que me pesa en el cuerpo todavía. 
Esto no te lo digo 
por lanzarte una pulla ni un reproche; 
pero este negro bosque me es testigo 
de que no más que por hablar contigo 
me anduve por aquí toda la noche. 
Lo mismo que otra vez, ya no recuerdo 
si fue en abril o en mayo… suspirando 
por verte frente a frente 
y a tu lado pasar la noche entera, 
de modo y de manera 
de estar solos y lejos de la gente, 
vengo, y tú que sin duda me creíste 
algún gemidor de esos 
que porque estar desesperado y triste 
ya quiere que le des un par de besos, 
no bien tras de estos álamos me viste, 
que escondiéndote en medio de las nubes 
cerraste tu balcón y te metiste. 
Y la verdad que si esta fue tu idea 
ante mi aparición inoportuna, 
por mi vida te juro y te respondo, 
que te llevaste el chasco más redondo 
que te has llevado desde que eres luna; 
pues aunque ya a mis años 
se usa entre los humanos corazones 
contar los sufrimientos a montones, 
y a montones también los desengaños, 
yo que si algo he sufrido 
de mi existencia en la carrera corta, 
tengo la convicción íntima y grande 
de que a nadie le importa, 
porque si sufro no hay quien me lo mande; 
si al pisar de la vida los abrojos 
a verter una lágrima me atrevo, 
la dejo que se escape de mis ojos 
y al llegar a mis labios me la bebo. 
Conque ya verás tú si yo sería 
quien fuera a molestarte a tales horas, 
para llamarte solitaria o fría 
y cometer así una grosería 
de esas que no perdonan las señoras; 
aparte de que a ti, si no me engaño, 
te debe de importar muy poca cosa 
que en la vida enojosa 
camine el goce junto con el daño, 
así como que al tiempo de las flores 
siga el invierno nebuloso y frío, 
o que en las tibias noches del estío 
disminuyan de fuerza los calores, 
cosa que a muchos saca de su casa 
por tener de decírtelo el orgullo, 
cuando todo eso en realidad no pasa 
de ser una verdad de Pero Grullo. 
Y sin mentar personas, 
por allí anda la ilustre Avellaneda, 
que en paz duerma en su lecho de coronas, 
que sin mirar que tú, rueda que rueda, 
maldito el caso que del tiempo hacías, 
ella al son de sus mágicos bordones 
te delataba a ese ladrón nefando 
que tantos goces con pasar nos roba, 
sin oír que su esposo despertando 
la llamaba en un tono no muy blando 
después de registrar toda la alcoba. 
Y el sin igual Zorrilla, 
el que nos regaló aquel mamarracho 
que yo admiraba tanto de muchacho 
creyéndolo la octava maravilla, 
el que con una calma 
cuyo molde es difícil que se encuentre, 
hizo aquí entre otros dramas el del vientre, 
y hasta allá fue a acordarse del del alma. 
Y Carpio, el que de turco disfrazado 
sufrió tan honda pena 
que por poco se arroja al mar salado; 
pero que al fin se fue por otro lado 
arrastrando el alfanje por la arena. 
Y Tagle, el que te hablaba allá en los tiempos 
de discordias civiles, 
en que Rocha aún no andaba por el mundo 
y en que aún eran de chispa los fusiles, 
pues éstos y otros más, si no tan buenos 
sí tan desocupados, 
han emprendido de entusiasmo llenos 
la imitación de sus antepasados, 
por el placer de repetirte alguna 
de esas necias e insulsas tonterías, 
o porque hechos los tomos de poesías 
no faltara en el índice –“A la luna”. 
Y si a lo menos fueran pasaderas 
las tantas que en tu elogio se han escrito 
y cuyas firmas por prudencia callo, 
pues, señor, con trescientos de a caballo, 
muy puesto en su lugar y muy bonito; 
pero, nada… que entre esas que no cito 
porque no se me diga impertinente, 
hay muchas (no agraviando la presente) 
que son un verdadero gregorito. 
Lo digo y lo repito, 
sí, señor, que ésta no es una indirecta, 
pues aunque salte alguno 
que deseando escapar a este reproche, 
reclame la palabra y manifieste 
cargado de razones y veneno, 
que no se puede hacer nada de bueno 
sobre un terreno tan vulgar como éste, 
no habiendo obligación chica ni grande 
de escribir sobre tal o cual materia, 
se comprende y se ve muy a la claras, 
aunque hable de ésta con tan poco aprecio, 
que el culpable no es ella sino el necio 
que se mete en camisa de once varas. 
¿Quién obliga a ninguna 
de las vivientes almas a que escriba, 
ni menos a que suba tan arriba 
que tenga que escribir sobre la luna…? 
Yo mismo, si mañana 
a algún crítico ocioso y exigente 
se le diera la gana 
de zurrar a esta silva la pavana, 
y de hacerlo delante de la gente, 
pues yo mismo, aunque fuera a mi despecho, 
no pudiendo olvidarme de que es mía 
mirando la justicia no tendría 
más que decir a todo: muy bien hecho. 
Y tan es cierto que lo encuentro justo, 
y que me temo mucho una descarga 
por haberme salido con mi gusto, 
que con objeto de que el sabio adusto 
no halle esta silva demasiado larga, 
una vez que tú, luna, 
no me has de consolar si tal sucede, 
lo cual aquí en confianza muy bien puede 
por un capricho cruel de la fortuna, 
bien convencido de que en todo caso 
francos y leales seguiremos siendo 
tan amigos como antes, 
te dejo preparándole a la aurora 
el dulce néctar de los nuevos broches, 
y sin más que decirte por ahora, 
con el alma, tu humilde servidora, 
me alegraré que pases buenas noches. 
 
1873
  
  
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