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La historia es un género literario
Conversación con el escritor Luis López Nieves
(Versión ampliada)

Arnaldo Rojas
Carobobo, Venezuela


Esta entrevista se desarrolló en circunstancias muy particulares en vista de la apretada agenda que debía cumplir el autor durante su más reciente visita a Caracas. La amistad nos permitió la licencia de hilvanar sus declaraciones a partir de conversaciones en los intermedios entre la conferencia que brindó a un grupo de alumnos de la Escuela Yale, su intervención en un programa de radio, reuniones con personalidades del mundo académico y editorial venezolano y las respectivas “comidas rápidas”. El resultado fue un diálogo informal donde, con la mayor espontaneidad, el autor pone de manifiesto aspectos claves de su obra así como algunas reflexiones sobre el oficio de escribir. Se trata de un encuentro con el escritor puertorriqueño Luis López Nieves (1950), creador de “Seva”, un relato publicado en 1983 que estremeció a su país al ofrecer una ficción que se ajustaba más a la realidad que la “verdad”  de la historia oficial. Sus libros siguientes “La verdadera Muerte de Juan Ponce de León” (2000) y la novela “El Corazón de Voltaire” (2005), desarrollan una particular modalidad literaria que él denomina “historia trocada”, la cual se ha convertido en un significativo aporte a la literatura latinoamericana y del Caribe.

¿Por qué su interés en hacer literatura a partir de hechos históricos?

-Siempre nos enfrentamos a una historia oficial que, normalmente, es presentada por los gobiernos a su conveniencia. Por ello, el planteamiento que siempre hago en mi literatura es que hay que dudar de toda la historia oficial porque no es ciencia, no es dos más dos son cuatro, es la opinión de una persona. La historia depende de quien la escriba, por eso considero que la historia es un género literario: es el cuento que echa alguien sobre un hecho determinado. Este es el punto que he desarrollado en mis obras al ver que a mucha gente le dan una versión histórica y la toman como si fuera escrita en piedra.

La historia la escribe el vencedor señala un viejo dicho…

-Pero también el vencido escribe la suya, aunque casi nadie pueda leerla. Por ejemplo, el tan cuestionado Descubrimiento de América. Tenemos un dato histórico: 1492, Colón llegó a América. La interpretación de este dato depende de quien lo cuenta. Desde el punto de vista europeo es una gesta heroica, de un gran explorador con mucha sed de conocimiento, que quería ver si la tierra era redonda, etc. Pero si esa misma historia la cuenta un indio, primero que nada tendría que estar vivo, lo cual es difícil porque en Puerto Rico, Santo Domingo y Cuba están todos muertos, los mataron a todos. A los que quedan en México, Centroamérica, Perú, Bolivia y otros países, habría que preguntarles ¿están contentos con la llegada de Colón? Sin duda, ellos tienen una visión diferente.

Tomemos otro dato histórico más contemporáneo: en el 2003 el ejército norteamericano llegó a Irak. Hay millones de personas en el mundo que piensan que ese día empezó la liberación de ese país, pero hay otra gran cantidad que considera que ese día comenzó una invasión. ¿Cuál es la versión verdadera? ¿Dentro de cien años qué van a decir los libros de historia? Depende de si los norteamericanos se quedan o si los sacan como lo hicieron en Vietnam.

En el caso nuestro, en Puerto Rico, existe una versión oficial según la cual somos una “colonia feliz”, somos un Estado Libre Asociado. Pero resulta que, en realidad, no somos estado, ni somos libres ni estamos asociados a nadie. Estamos sometidos a EE.UU. cuyos gobernantes impusieron la versión según la cual nos sentimos felices con su “llegada”, que los recibimos con limonada y bombones. Pero resulta que Puerto Rico es la última colonia en Hispanoamérica. Todos los países se liberaron menos Puerto Rico.

¿Su relato “Seva” es el reverso de la historia oficial?

-Seva es la historia de un pueblo que los norteamericanos invadieron y masacraron en Puerto Rico, mataron a todos los habitantes y erradicaron el pueblo. Es algo que no ocurrió. Pero  nace de mi inconformidad con la historia oficial, porque ¿qué están haciendo los norteamericanos en Puerto Rico? Están tratando de masacrar nuestra cultura, nos quieren imponer el inglés como idioma único, nos quieren tratar de convertir en anglosajones, nos quieren hacer sentir acomplejados. Quieren imponer la idea de que el idioma inglés es mejor y el castellano secundario, hablado por una minoría. Cómo se atreven a calificarnos de minoría cuando somos 400 millones de personas que hablamos español. Además, si ellos nos echan en cara a Shakespeare nosotros tenemos a Cervantes y García Márquez. Es decir, el español no tiene nada que envidiarle al inglés y ser hispanoamericano debe ser motivo orgullo. Creo que Seva es un símbolo de la situación política que vivimos en Puerto Rico. Mi novela “El Corazón de Voltaire” plantea lo mismo pero en un plano más general, en cuanto a los gobiernos que pretenden cambiar la historia. Existen verdades literales, pero simbólicamente podemos descubrir otras verdades con la literatura.

A propósito de su novela El Corazón de Voltaire, ¿qué lo motivó a trabajar sobre éste personaje?

-Siempre quise escribir sobre Voltaire y leyendo su biografía me encontré con que su corazón lleva 200 años en la Biblioteca Nacional de París. Fue entonces cuando se me disparó la idea: ¿Cómo saber que realmente es el corazón de Voltaire? ¿No pudo suceder que, hace 100 años, un conserje al que le pagaban poco, al que el jefe trataba mal, una noche, mientras barría, sacó el corazón de Voltaire y puso el de un cerdo para hacer una  maldad y llevamos un siglo creyendo que es el corazón de Voltaire? Me entró esa duda y por ahí arranca la novela. Como se relata en el libro, una inesperada pregunta en una conversación entre el presidente de Brasil y la embajadora de Francia en ese país hará que se movilicen tanto el Gobierno como la Academia Francesa para confirmar si los restos de Voltaire están en el panteón. El presidente de Francia contrata al Dr. Roland De Luziers, famoso genetista, quien se encarga de los estudios para confirmarlo. Los descubrimiento de él y su amiga Ysabeau cambian para siempre la historia de Francia. Entre otras cosas descubren que Voltaire tuvo un doble, que vivió once años más. Me permití utilizar esta licencia literaria porque me produjo mucha tristeza cuando me di cuenta de que había muerto once años antes de la Revolución Francesa de la cual fue el padre. Le pasó como a Moisés que murió sin ver la Tierra Prometida. Voltaire es un prócer muy importante, a veces se nos olvida que las cosas por las que luchó, como libertad de pensamiento, libertad de prensa y libertad de religión, que hoy día damos por sentadas, a él le costaron toda una vida de persecuciones.

Esta novela renueva el género epistolar al desarrollarse por medio de correos electrónicos, ¿Cómo surge esa idea?

-A mí me encanta el género epistolar por su carga de espontaneidad. No me gusta la literatura muy retórica o toda endulzada, es un estilo que pasó a la historia. Prefiero una literatura más directa, más clara, más relacionada con la vida. El género epistolar tiene algo de inmediatez, de espontaneidad, de ver a la persona reaccionando en el momento. Mi primer libro, Seva, se basa en cartas. El segundo y el tercero también tienen cuentos basados en cartas. En el caso de El Corazón de Voltaire, empecé a escribirla con el estilo epistolar tradicional, pero cuando iba por la página diez me pregunte: ¿Desde cuándo no escribo una carta? De esas escritas a mano, depositada en un sobre y enviada con su respectivo sello de correo. Fue cuando caí en cuenta de que ya nadie escribe cartas a mano, que era necesario adecuar lo epistolar al siglo XXI, tenía que cambiar porque ahora las cartas se envían por correo electrónico. Eso fue para mí como el Descubrimiento de América, porque en el arte uno también hace descubrimientos. Descubrí que el ritmo cambiaba absolutamente. Con las cartas tradicionales hay que esperar hasta dos o tres semanas para que llegue a otro país y otras tantas semanas para que manden la respuesta. Eso le imparte un ritmo más lento a la narración, mientras que cuando cambié a correo electrónico la narración se hizo más dinámica. Una persona en París puede mandar un correo y en tres segundos puede llegar a Argentina, desde donde pueden contestar diez segundos después. Entonces, en 20 segundos, se puede tener una respuesta de cualquier parte del mundo. Descubrí, sin darme cuenta, que había eliminado toda limitación de tiempo y espacio.

¿Se inspira en otras cosas, además de los temas históricos?

-Los temas históricos, sobre todo para reinterpretarlos, me apasionan. Pero puedo inspirarme en cualquier cosa. Es impredecible, puede ser cualquier incidente. Tengo un cuento que se llama El Telefónico, incluido en mi libro Escribir para Rafa, que trata de un hombre que se encierra 30 años en un cuarto a hablar por teléfono, porque no le gusta la gente. Pero como necesita un mínimo de contacto humano lo mantiene por vía telefónica. La idea surgió hablando con mi hermano, que es músico y, en cierta ocasión, me comentó que su grupo se había disuelto porque el baterista era demasiado conflictivo, no se podía trabajar con él. En persona era insoportable pero, por teléfono, era un tipo bien simpático. Mi hermano no había terminado de hablar, cuando se me disparó la idea, me senté en la computadora y me puse a escribir. Tengo otro cuento que se llama El Señor de los Platillos, sobre un tipo que hace un doctorado en platillos. Es una exageración, una sátira, nacida cuando fui a un concierto de música clásica y un detalle me llamó mucho la atención. Eran como 100 músicos, todos esforzándose, sudando, mientras atrás sentado, tranquilo, se encontraba el de los platillos. Me quedé obsesionado observándolo. El tiempo transcurría, los demás músicos interpretaban sus instrumentos casi con desesperación y él allí quieto. Entonces, cuando faltaban como cinco minutos para concluir, veo que el tipo se pone de pie, se acomoda el traje y hasta sonríe, toma un platillo, luego el otro y, de pronto, los choca. Luego suelta los platillos y ocupa de nuevo su lugar con una actitud de “este concierto sin mí no habría sido nada”. No lo podía creer. En la salida la pregunté a otro músico si el de los platillos  cobraba igual a los demás. Si, me respondió, exactamente igual, su participación es bien importante. Me pareció una situación muy curiosa que me motivó a escribir el cuento.

RECUADRO

PARA MÁS SEÑAS

Luis López Nieves (1950) irrumpió de manera espectacular en el ambiente literario de Puerto Rico en 1984 al publicar su relato histórico “Seva”, el cual causó conmoción, hizo de su autor una celebridad y pasó a convertirse en uno de los mayores éxitos literarios de su país. Además, introdujo una nueva modalidad que el autor ha llamado “historia trocada”. Ha publicado los libros de relatos “Escribir para Rafa” (1987), “La verdadera Muerte de Juan Ponce de León” (2000, que mereció el Premio Nacional de Literatura) y la novela “El Corazón de Voltaire” (2005), todas editadas por el Grupo Editorial Norma. Algunos de sus textos han sido incluidos en importantes antologías del cuento hispanoamericano. López Nieves es doctor en Literatura Comparada por la Universidad del estado de Nueva York Stony Book. En el 2004 fundó, en la Universidad del Sagrado Corazón, la primera y única Maestría en Creación Literaria del Caribe, la cual dirige. También es fundador y director de la Biblioteca Digital Ciudad Seva (ciudadseva.com), aclamado portal de Internet que cuenta con uno de los más selectos repertorios para la consulta literaria.

FIN


“La historia es un género literario”, Arnaldo Rojas, Ciudad Seva, 17 enero 2008, ciudadseva.com. (Versión ampliada de la entrevista del 13 de enero de 2008 en El Carabobo.)


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