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La novela negra

Publicado el:
18 junio, 2019

Por:
Efraim Castillo

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La novela negra está conectada —como un siamés— al detective histórico de la saga policial, exaltada y mitificada en el héroe del hard boiled que surgió en los años 20’s, como el personaje Three Gun Terry Mack, creado por Carroll John Daly (John D. Carroll) en el relato Knights of the Open Palm, publicado en la revista Black Mask, en 1923,

sustituido luego por el implacable Race Williams, a quien Daly hizo colgar en la puerta de su agencia un letrero que rezaba: “Hay mucha gente que tiene sus manías. La mía es empuñar una pistola cargada mientras duermo. Porque hay que recordar que si no se pica carne, no hay hamburguesas”.

La revista Black Mask fue lanzada en papel barato —o pulp— en 1920, por Henry Louis Mencken y George Jean Nathan, que provenían de sectores sociales acomodados: Mencken era hijo de un industrial tabacalero de Baltimore y Nathan era graduado de la Universidad de Cornell, uno de cuyos premios lleva hoy su nombre.

La creación de la revista Black Mask se originó con la idea de salvar la publicación literaria The Smart Set, de la que Mencken era crítico desde 1908. Así, y tras recuperar la inversión de quinientos dólares que habían efectuado en 1920, Mencken y Nathan la vendieron a Eltinge Warner y Eugene Crow, por 12.500 dólares, luego de editar ocho números. En 1926 la dirección de Black Mask se fortaleció al asumir su dirección Joseph T. Shaw (alias Cap), quien lanzó ese año el editorial que definió el rumbo del relato policial negro.

En uno de los párrafos Shaw escribió:

“La ficción detectivesca, tal como la vemos, tan sólo ha comenzado a desarrollarse. Todos los demás campos han sido ya trabajados y sobreexplotados, pero la ficción detectivesca apenas se ha tocado”.
Cap Shaw había intuido que el detective privado podía desplazar —con un halo de caballero andante— a la fuerza pública del orden, sumida para entonces en la más profunda corrupción, y durante su gestión en Black Mask, de 1926 a 1936, la novela policial se elevó en la actividad literaria norteamericana, surgiendo escritores como Samuel Dashiell Hammett (creador del detective Sam Spade), Raymond Chandler (inventor del detective Philip Marlowe), Ross MacDonald (quien creó al investigador privado Lew Archer), Erle Stanley Gardner (creador del abogado-detective Perry Mason), Cornell George Hopley-Woolrich, que usaba el seudónimo de William Irish y que todos recuerdan por su famosa novela del 1940, La novia vestía de negro, que François Truffaut llevó al cine en 1968; James M. Cain, cuya novela de 1934, El cartero siempre llama dos veces, se convirtió en la puerta de entrada del neorrealismo cinematográfico italiano de la mano de Luchino Visconti en Ossessione, su opera prima, en 1942; Mickey Spillane, creador del detective Mike Hammer; Chester Himes, el escritor afroamericano que creó los detectives negros Ataúd Ed Johnson y Sepulturero Jones; y Patricia Highsmith, cuyo personaje Tom Ripley representa la antítesis del detective de la novela negra, entre otros.

 

PARTE 2
Publicada el:
25 junio, 2019

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Desde luego, para arribar a este prototipo de investigador, la novela policial tuvo que emerger desde un Edgard Allan Poe, que publicó en 1841 Los crímenes de la Rue Morgue (The Murders in the Rue Morgue), un relato que se desarrolla en París, en donde el escritor norteamericano crea al detective Chevalier Auguste Dupin, primer investigador privado de la literatura mundial. Dupin también aparece en los otros dos relatos que Poe organizó a través de la pesquisa policial: El misterio de Marie Rogêt, de 1842, y La carta robada, de 1844, que sirvió de prototipo a Arthur Conan Doyle para crear a Sherlock Holmes (1887).

La influencia de la novela policial inundó rápidamente a Europa y América Latina, creando a finales del Siglo XIX dos escuelas: la inglesa y la francesa, surgiendo del Reino Unido Conan Doyle, G. K. Chesterton y Agatha Christie como cabezas visibles; y de la francesa Emile Gaborieau, Maurice Leblanc, Gaston Leroux y George Simenon, y en el resto del mundo docenas de escritores dedicados al subgénero, destacándose los argentinos Adolfo Bioy Casares, Jorge Luis Borges, Rodolfo Walsh y Mempo Giardinelli; el suizo Friedrich Dürrenmatt, el nicaragüense Arquímedes González, que revivió a Sherlock Holmes en una supuesta búsqueda de Jack El Destripador en Nicaragua, en su novela La muerte de Acuario; el escocés Philip Kerr, autor de la serie Berlin Noir; el italiano Andrea Camilleri, creador del Inspector Montalbano, en homenaje al escritor español Manuel Vázquez Montalbán, inventor del detective Pepe Carvalho; el puertorriqueño Luis López Nieves, que combina en El corazón de Voltaire los fundamentos de la novela negra y la histórica a través de correos electrónicos; así como otros cientos de escritores.

Aunque muchos de los novelistas dominicanos huyen a priori de la escritura policial (a excepción de Roberto Marcallé, que ha escrito novelas insertas en el subgénero negro y el periodista Néstor Medrano, que se estrenó con una), en el fondo se agita siempre esa estructura porque nuestra historia —que es la historia de la vida dominicana y, por lo tanto, el anillo nutricional de todas nuestras narraciones épicas y líricas— se mueve siempre desde el lodo de una intriga, tal como ha sido la historia del país.

De ahí, a que será muy difícil, pero no imposible, sacudir de nuestra narratología el espectro de Trujillo, porque ese fantasma arrojó sobre el alma nacional no sólo treinta y un años de amarguras, sangre y frustraciones, sino una conciencia y un estilo de vida que ha continuado a través de Balaguer y los demás gobernantes, sean éstos de izquierda o derecha, y en la narratología negra se sigue un patrón conductual similar, porque es desde el poder-saber que se organiza la trama en ese subgénero, algo que Keith Hoskin, en Foucault a examen (2001), explica al dedillo. Dice Hoskin: “Para Foucault la clave del poder-saber puede ser descubierta por cualquier comentarista-detective, tras examinar el corpus delicti y escoger un extracto plausible para construir con él un caso”.

FIN


“La novela negra”, Efraim Castillo, El Nacional, República Dominicana, 18 junio 19 y 25 junio 19, elnacional.com.do.


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