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jueves, septiembre 15, 2016

Luis López Nieves – Cuestionario básico

Por Miguel Sanfeliu Cierta Distancia

 

cd-luis-lopez-nieves1.- ¿Por qué escribes?

Nunca he cantado en la ducha. Jamás he bailado de alegría. Tampoco sé dibujar. Por tanto, mi vi obligado a escribir mil palabras. Y luego mil adicionales. Y así he continuado. No llevo cuenta de las palabras que he escrito, pero sospecho que he superado el millón.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Es que trae mala suerte ser supersticioso, por eso no tengo supersticiones.

Hubo una época en que pensé que me había convertido en un supersticioso, porque no empezaba a escribir a menos que me sentara sobre un cojín. Luego descubrí que tengo problemas con la espalda.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Literariamente he trabajado múltiples facetas de la historia, tanto la colectiva como la familiar o individual.

Por un lado están las manipulaciones históricas, por parte de los gobiernos y los poderosos, con el fin de controlar a los pueblos. Sobre eso trata mi primer libro, Seva, un cuento largo en el que cuestiono muchos supuestos “datos” que nos predican desde niños sobre la invasión norteamericana de Puerto Rico en el 1898.  De hecho, en Puerto Rico oficialmente no se le dice “invasión”. Es una palabra prohibida. Se dice la “llegada” de los norteamericanos o “el cambio de soberanía”. Estos eufemismos patéticos ya van dando una idea de cómo se intenta ocultar la verdad sobre la invasión. Mi libro intenta corregir esta pérdida de la memoria histórica.

Me otorgaron el Premio Nacional de Literatura por mi tercer libro de cuentos: La verdadera muerte de Juan Ponce de León. Son cuentos ubicados en el Caribe del siglo XVI. Resulta que los holandeses nos invadieron en el 1625 y quemaron todos los documentos que había en San Juan hasta esa fecha. Como consecuencia, el primer siglo de Puerto Rico se conoce como el “siglo en blanco”. Como no se sabe casi nada sobre cómo era mi país en esa fecha, decidí corregir con mi imaginación esta pérdida de la memoria histórica.

Mis dos novelas utilizan el mismo estilo ciberepistolar. La primera, El corazón de Voltaire, se propone contar el final verdadero de Voltaire, el gran escritor e intelectual francés. Por esta novela me otorgaron el Premio Nacional de Literatura por segunda vez.

En mi segunda novela, también seleccionada por el Instituto de Literatura como la mejor del año, me propuse contar la verdadera historia detrás de la creación del telescopio, cuya invención algunas personas intentan robarle al gran científico italiano Galileo Galilei.

Por tanto, a estas alturas creo poder deducir que tengo cierta obsesión por el rescate de verdades históricas, tanto a nivel colectivo como personal, porque hoy día la persona típica no conoce los nombres de sus bisabuelos. Mucho menos los de sus tatarabuelos. Antes era muy importante. Fíjate que en la Biblia lo primero que hacen es contar las genealogías de los personajes relevantes. Y para los griegos y romanos era crucial establecer que eran descendientes de Hércules o de Eneas o incluso de algún dios. Y antes de que existieran los apellidos se decía que Fulano era hijo de Zutano quien, a su vez, era hijo de Mengano, etc. De hecho, hoy día mucha gente ni siquiera sabe que lleva esta información codificada en sus apellidos, porque Rodríguez significa “hijo de Rodrigo”, Ramírez significa “hijo de Ramiro”, y así con muchos apellidos terminados en “ez”. Por eso dediqué una década a investigar mi genealogía. Llegué hasta mis lejanos abuelitos y abuelitas del siglo XV.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Me horroriza la idea de escribir algo que otros han escrito. ¿Para qué repetir? También me espantan los clichés. La pregunta que debe hacerse cualquier escritor es: ¿alguien ya escribió lo que quiero escribir? Si la respuesta es afirmativa, pues a buscar otra cosa. Claro, para contestar esta pregunta correctamente es necesario leer mucho. Porque esta noche se le puede ocurrir a alguien escribir un cuento sobre un hombre que despierta convertido en un insecto de tamaño humano. Y esa persona y sus amigos celebrarán esta idea como la más grande y original del mundo. Pero si uno de ellos lee La metamorfosis se dará cuenta de que esa idea no es original. No importa que el nuevo autor haya o no haya leído el cuento. No se puede alegar que “yo lo escribí sin saber que Kafka ya lo había escrito”. Esa defensa, además de absurda, es ridícula. Digámoslo de esta manera: el primer poeta que dijo que su amada era “blanca como la nieve” fue un genio. Cualquier otro escritor que lo diga es un imitador o un charlatán.

Para corregir este desconocimiento fundé mi Biblioteca Digital Ciudad Seva (ciudadseva.com), donde he colocado miles de cuentos clásicos universales para que mis estudiantes que desean ser escritores tengan acceso a mucha literatura que por lo general no es fácil conseguir. La biblioteca comenzó como un recurso para mis estudiantes, pero ya nos visitan sobre dos millones de lectores al mes, del mundo entero.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

He conocido sobre ambos casos. Hay autores que empiezan a escribir sin saber cuál será la segunda oración. Hay otros que cuando se sientan a escribir ya saben todo lo que pondrán sobre el papel. He escrito de ambas maneras, pero mayormente te diría que se trata de algún punto intermedio. Podría tenerlo casi todo en mi cabeza, pero me faltan detalles. Digamos que tengo el 90% de la historia en la mente. O podría tener casi nada en mi cabeza, digamos que solo tengo un 10%. Pero también puede ser que tengo un 20%, 50%, 70% ó cualquier porciento. Con todas estas combinaciones he escrito.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Cuando llevas sobre 50 años leyendo todos los días de tu vida, es muy difícil contestar esta pregunta. Pero intentemos: literariamente, Cortázar es mi padre, Kakfa es mi abuelo, Stendhal es mi bisabuelo y Cervantes es mi tatarabuelo. Pero hay muchos otros autores que leo continuamente, desde el egipcio Naguib Mahfuz hasta el finlandés Mika Waltari. De hecho, es más fácil para mí escoger un periodo que un autor. En este caso, te diría, sin titubear, que adonde acudo cada vez con más frecuencia es al siglo XIX francés. Honoré de Balzac, Stendhal, Émile Zola, Guy de Maupassant, Joris-Karl Huysmans, Villiers de L’Isle Adam, entre otros, son autores que visito con asiduidad. Cada vez que necesito una idea nueva, alguna novedad, la encuentro siempre entre los clásicos.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Mi último libro publicado es El silencio de Galileo, novela que consiste de correos electrónicos de principio a fin. Por tanto, la podríamos describir como una novela ciberepistolar. Es, digamos, un nuevo tipo de novela epistolar. Tiene todos los componentes de la novela epistolar clásica, pero hay un factor que cambia muchísimo: la velocidad. Hasta hace pocos años, una carta enviada desde Francia hasta América hubiera tomado semanas. En cambio, por medio del correo electrónico los mensajes llegan en segundos. Este factor tiene importantes consecuencias sobre la trama. Para mi primera novela, El corazón de Voltaire, opté por escribir una cibernovela sobre el primer intelectual moderno: Voltaire. Para mi segunda cibernovela escogí al primer científico moderno: Galileo.

Por otra parte, acabo de terminar mi novela nueva: Toda la sangre del mundo. Realmente no sé cómo describirla. Por una parte, es una historia de amor que dura dos mil años. Ningún personaje es inmortal. Ninguno es vampiro. Pero la relación dura dos mil años. Para saber cómo ocurre esto, habrá que leer la novela. Ah, y por poco se me olvida: aunque la historia de amor dura dos mil años, la palabra “amor” no se menciona una sola vez en la novela, a pesar de que tiene más de 400 páginas. La razón es sencilla. En Puerto Rico tenemos un dicho: “Con la boca es un mamey”. Básicamente significa que las palabras no valen nada. Entiendo que es fácil decir “te amo”. El reto es demostrarlo con acciones… durante dos mil años.
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Luis López Nieves es autor de El corazón de Voltaire, novela aclamada por la crítica literaria internacional como una de las más originales del siglo XXI, y de Seva, uno de los mayores éxitos de la literatura caribeña. López Nieves ha ganado el Premio Nacional de Literatura de Puerto Rico en dos ocasiones. Fundó el primer programa de Maestría en Creación Literaria de América Latina en la Universidad del Sagrado Corazón (San Juan de Puerto Rico), el cual actualmente dirige. También es el creador y director de la Biblioteca Digital Ciudad Seva (CiudadSeva.com), uno de los portales ciberliterarios más visitados del mundo. Sus obras han sido traducidas al alemán, francés, inglés, islandés, neerlandés, polaco, italiano, rumano y portugués. Desde el 2007 es Escritor Residente de la Universidad del Sagrado Corazón. Su novela más reciente, El silencio de Galileo, ha recibido importantes elogios en tres continentes y fue premiada por el Instituto de Literatura de Puerto Rico como la mejor novela del 2009.

Versión original


“Luis López Nieves: Cuestionario básico”, Miguel Sanfeliu, Cierta Distancia, España, 15 septiembre 2016, ciertadistancia.blogspot.com.es.


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