Casa digital del escritor Luis López Nieves


Recibe gratis un cuento clásico semanal por correo electrónico


Luis López Nieves o de la inolvidable escritura

Martes 30 de Mayo de 2017
Mario Antonio Rosa
Sección: Temas – Cultura
El Post Antillano


“Me gusta destruir mitos. En el fondo soy un violento iconoclasta. Y me ocurre que, contrario a la mayoría de las personas que me rodean y que veo todos los días, con los años no me tranquilizo ni me vuelvo más conservador. Al contrario. Cada año mi pensamiento es más radical. Y eso es bueno para un escritor’’.
                Luis López Nieves

Luis López Nieves


[FRAGMENTO DE LA ENTREVISTA]

1. Piedra de toque. Tus inicios en la escritura, lecturas imborrables, autores que te impactaron, libros que no se olvidan.

Para contestar esta primera pregunta casi tendría que contarte mi vida entera. Empecé a escribir para conquistar chicas. Tenía unos 12 años de edad cuando invité a una muchacha muy linda a un baile. Me dijo “no”, así, muy seca, y me dio la espalda. Era hermosa, así que no podía darme por vencido. Durante horas pensé en cómo hacerla cambiar de opinión. En esos días habíamos estudiado los poemas de Bécquer en la clase de Español, así que agarré un lápiz y le escribí un poema en que, con mucha grandilocuencia y pomposidad, y en rima, le pedí nuevamente que me acompañara al baile. Al otro día, en la escuela, le presenté el poema. Ella lo leyó, se ruborizó, sonrió y me dijo que sí, que me acompañaría al baile. Ese día descubrí que la literatura era un arma poderosa… y luego conquisté a varias chicas más gracias a mi dominio de la rima.

A los 13 ó 14 años leí “El extranjero”, de Albert Camus. Decidí que ya no sería poeta, sino narrador, porque esa novela dejó en mí una impresión fuerte, sobre todo ese comienzo cuando dice que su madre murió ayer, y tal vez hoy, pero que total no importa. Estoy parafraseando, no recuerdo las palabras exactas, pero son algo parecido. Ese comienzo a mí me viró el mundo patas arriba. Y así me ocurrió con el resto de la novela.

A los 19 años tomé mi primer taller de cuento con René Marqués en la Universidad de Puerto Rico. Y otro taller con Pedro Juan Soto, dos grandes escritores de mi país. Crucé el Rubicón y decidí que sería escritor. Ya no había marcha atrás.

En esta forma, brevemente, puedo contarte mi “prehistoria” como escritor. En cuanto a mis lecturas, pues ya tengo sobre 60 años de edad y estoy leyendo desde niño. He leído tanto y tanto durante mi vida que se me hace casi imposible hacer una lista breve de lecturas o autores importantes. Pero, un resumen muy breve es el siguiente: literariamente soy hijo de Julio Cortázar, nieto de Franz Kafka, biznieto de Stendhal y tataranieto de Miguel de Cervantes. Sin estos autores no sería quien soy. Específicamente me refiero a los cuentos y a “Rayuela” de Cortázar, a “El proceso” y “La metamorfosis” de Kafka, a “Rojo y negro” y “La cartuja de Parma” de Stendhal y al “Quijote” de Cervantes.

Además de estos autores, muchísimos otros, en diferentes etapas de mi vida, han tenido algún nivel de importancia o influencia. En América Latina: Felisberto Hernández, Machado de Assis, Quiroga y muchos más. En Francia: Balzac, Maupassant, Voltaire, Villiers, Huysmans, Simenon, etc. Los rusos, sobre todo Chejov, Tolstói, Bulgákov, Gogol y Dostoyevski. Italianos como Boccaccio, Lampedusa, Buzzati y Papini. El finlandés Waltari. Clásicos como Sófocles y Homero. Y no occidentales como Mahfuz, “Las mil y una noches”, Cao Xueqin, Mishima, etc. La lista es demasiado extensa. Yo podría continuar enumerando obras y autores durante horas porque tengo buena memoria para los libros que he leído. Así que mejor me detengo ahora.

2. Ciudad Seva: aurora, tiempo y espacio. Háblanos de esta ciudad donde todos habitamos un poco más felices.

Fundé Ciudad Seva en el 1995 por curiosidad. Internet estaba comenzando y la gran mayoría de la gente no tenía idea de lo que era. Yo siempre he tenido cierto interés por las cuestiones técnicas, tal vez porque mi padre era ingeniero. Un buen amigo, Sal Nolfo, me envió un programa con el cual podía crear una página electrónica fácilmente. Una noche empecé a jugar con el programa. Cuando me pidió el nombre del portal, sin pensarlo mucho escribí “Ciudad Seva”, en honor a mi primer libro que se llama “Seva”. Al principio usé la página para comunicarme con amigos y estudiantes. En cuanto a los estudiantes, yo siempre tenía muchas dificultades para que pudieran leer lo que les asignaba. Por ejemplo, les asignaba cuentos de Villiers. Pero, por no ser un autor muy popular, en las librerías solo tenían dos o tres ejemplares de estos libros; por tanto, los estudiantes llegaban al salón y me decían que no pudieron comprar el libro porque se acabó. Un día se me ocurrió poner un cuento de Villiers en Ciudad Seva. Ya Internet estaba creciendo y se conocía más, así que los estudiantes entraron a Ciudad Seva y lo leyeron sin problemas. Ese fue el origen de la Biblioteca Digital Ciudad Seva, que hoy día contiene sobre 4000 cuentos clásicos y sobre 4000 poemas clásicos, además de obras de teatro, novelas, ensayos, etc.

Luego una amiga, Joan Jiménez Marrero, sugirió crear un taller virtual de cuento. Fundamos InterCuento y fue muy exitoso. Luego se me ocurrió la idea de crear NotiCuento, una lista de correos que todas las semanas envía un cuento clásico por correo electrónico. Y más recientemente Mara Daisy Cruz fundó NotiPoesía. Poco a poco fueron aumentando nuestros proyectos y nuestras visitas. Hoy día llegan a Ciudad Seva hasta 100 000 personas diarias, para aproximadamente 2 millones de visitantes al mes. Tenemos unos 20 talleres y foros con miles de participantes en todo el mundo. Tenemos un equipo de sobre 30 voluntarios. Y NotiCuento tiene cerca de 70 000 suscriptores. A esta fecha, en mayo de 2017, nos han visitado sobre 144 millones de personas. Somos la ciudad más poblada de América Latina.

3. Voltaire y su corazón en la epístola electrónica: ¿cómo nace, y qué rumbo lleva esta novela?

En el 2004 la Editorial Norma, una de las mayores de América Latina, comenzó una colección llamada “Literatura o muerte”. Le pedían a un autor de cada país que escribiera una novela sobre un escritor famoso, ya fallecido. Rubem Fonseca, conocido autor brasileño, escogió a Moliere. Padura, de Cuba, escogió a Hemingway. Alberto Manguel, argentino, escogió a Stevenson. Etcétera. Yo escogí a Voltaire porque es probablemente el autor que más admiro en el mundo. Las razones son muchas, pero una de las principales es que Voltaire fue el primer intelectual moderno. Puso su fama e influencia al servicio de los débiles y necesitados. De hecho, cada vez que un grupo de rock o algún cantante ofrece un concierto con fines benéficos, está siguiendo el ejemplo de Voltaire, aunque no lo sepa.

Pues leí en una biografía que el corazón de Voltaire, literalmente, está en una urna en la Biblioteca Nacional de París. Lo primero que me vino a la mente fue: ¿cómo puedo estar seguro de que ese realmente es su corazón? Con esta sencilla pregunta nació la idea… y el título de la novela.

“El corazón de Voltaire” se publicó en diciembre de 2005. De inmediato empezó a recibir reseñas magníficas en muchos países. Ha vendido una enorme cantidad de ejemplares. Se adoptó como libro de texto en el Departamento de Educación de Puerto Rico y en montones de colegios privados. Asimismo en otros países. El Instituto de Literatura Puertorriqueña me otorgó el Premio Nacional de Literatura. La novela ha sido traducida al islandés, italiano y polaco. Y ahora se está traduciendo al francés. En fin, así nació la novela y este es el rumbo que lleva hasta ahora.

4. Teatralidad y el género epistolar: ¿personajes para existir e impactar o solo creación sobre el ingenio?

Siempre me fascinó el género epistolar porque es directo, como prefiero la literatura. Detesto la prosa borracha, preñada de hojarascas de palabras insensatas, esos cuentos o novelas que dedican dos páginas a describir una hoja o un pajarito. Cuando yo era estudiante, y me obligaban a leer esos libros, yo deseaba que un camión me pasara por encima para terminar con mi sufrimiento. Las cartas, en cambio, son directas. Nadie envía una carta con un prólogo de dos páginas describiendo el horizonte, a menos que sea un narcisista o un escritor pretencioso y malo. Las cartas son más o menos así: “Oye, María, ¿vas a la fiesta mañana?” “No, Pedro, no tengo ganas”. Y eso es todo. No hay que describir a los que escriben las cartas. Ni dónde están cuando las escriben. Ni siquiera hay que aclarar cómo están escribiendo, si con lápiz o teclado. Por eso utilicé cartas en mi primer libro, “Seva”, para contar la historia. Luego, en mis próximos dos libros, también incluí textos epistolares.

Te confieso que comencé “El corazón de Voltaire” en forma de cartas. Y cuando iba creo que por la página 40, un día de pronto me pregunté: ¿cuándo escribí mi última carta? Ya estábamos en el 2005 y me di cuenta de que llevaba algunos años sin haber escrito una carta, porque escribía todo por correo electrónico. Ni siquiera las cuentas mensuales las pagaba ya por correo regular, porque lo hacía directamente en Internet. Por tanto, decidí cambiar. Recomencé la novela, esta vez con correos electrónicos. De inmediato hice varios descubrimientos importantes, porque en el arte, como en las ciencias, se descubren cosas. Mi obra se aceleró notablemente. En la novela hay personajes en Francia, Argentina, México, Puerto Rico y no recuerdo si algunos otros países. Pues una carta normal entre Francia y Puerto Rico es posible que tarde más de una semana en llegar. Y luego la respuesta tardaría una semana más. Dos semanas para una comunicación. Pero, por medio del correo electrónico, una pregunta enviada desde Francia puede tardar 15 segundos en llegar a Puerto Rico, y luego la respuesta llegará en otros 15 segundos. En menos de un minuto se logra la comunicación que por correo normal tardaría dos semanas. Sentí cómo la novela arrancaba, se movía, se aceleraba, y ese descubrimiento fue maravilloso. Decidí escribir la novela completa con este recurso, sin aclaraciones ni prólogos ni ninguna otra explicación, porque entendí que los correos hablaban por sí mismos. Y así nació, sin yo realmente saberlo, la primera novela escrita completamente con correos electrónicos.

5. ¿Galileo, Lippershey, Zacarías Jansen, o solamente una novela? Acierto, historia e imaginación en “El silencio de Galileo”.

Siempre digo que la historia es el sexto género literario. Quien lea un libro de historia y lo tome al pie de la letra, realmente comete un grave error. Los historiadores no “reportan” la historia como se supone que lo haga, digamos, un periodista objetivo. Los historiadores son los creadores de la historia, la inventan a su imagen y semejanza, o a su gusto. Hay ejemplos en todas las esquinas. En España, por ejemplo, todavía quedan payasos que narran el descubrimiento de América como una hazaña admirable protagonizada por “jóvenes valientes e hidalgos”. En cambio, desde la perspectiva americana, es claro que el supuesto descubrimiento no fue un “descubrimiento”, sino una invasión protagonizada por asesinos y genocidas. Asimismo ocurre con muchísimos mitos adicionales. Uno de los más interesantes, para mí, era la polémica sobre el verdadero inventor del telescopio. Decidí que era tiempo de aclarar de una vez quién es el verdadero inventor del telescopio. Por eso escribí “El silencio de Galileo”.

Cuando se lee en serio la “documentación” sobre el telescopio, es para asombrarse. Se habla, por ejemplo, de que tres personas en Holanda inventaron el telescopio casi simultáneamente. Y hay historiadores que dicen, creo que con toda seriedad, que es una gran casualidad que dos de los inventores hayan sido de la misma ciudad holandesa. Y que, bueno, eran de la misma ciudad pero no se conocían estas dos personas. Esto equivale a decir que dos personas, con semanas de diferencia, descubren independientemente la cura para el cáncer en San Juan de Puerto Rico, y que es pura casualidad que sean de la misma ciudad. Yo no lo creía. Hasta hay historiadores que dicen que estos dos vivían en calles diferentes y que por eso no se conocían. ¡Por favor! Me dediqué a buscar y encontré un mapa de la ciudad y ubiqué las direcciones de estas dos personas en el mapa. ¿Qué descubrí? Sí, vivían en calles diferentes, pero ¡los patios de las dos casas colindaban! Desde las ventanas de la parte de atrás de una de las casas se veían las ventanas de la otra. Estas dos personas prácticamente vivían juntas.

Para la Dra. Ysabeau de Vassy, protagonista de mi novela, fue obvio de inmediato que tras el invento del telescopio había una misteriosa conspiración. Y no cuento más para no echarle a perder la novela a los que no la hayan leído. Pero básicamente es una novela que continúa mi trayectoria desmitificadora. Lo hice en “Seva”, en “La verdadera muerte de Juan Ponce de León”, en “El corazón de Voltaire” y en “El silencio de Galileo”. Me gusta destruir mitos. En el fondo soy un violento iconoclasta. Y me ocurre que, contrario a la mayoría de las personas que me rodean y que veo todos los días, con los años no me tranquilizo ni me vuelvo más conservador. Al contrario. Cada año mi pensamiento es más radical. Y eso es bueno para un escritor.

6. ¿Puede crearse un escritor o es un evento natural?

¿Puede crearse un cantante? ¿Puede crearse un pintor? Para ser artista, creo evidente que se nace con algún grado de talento. Por ejemplo, yo jamás podría ser cantante, no importan las escuelas a que vaya ni los años que estudie. Pero uno no sabe si tiene talento a menos que haga la prueba. A mí, por ejemplo, mi voz me suena preciosa cuando canto en la ducha. Pero mi esposa se pone tapones en los oídos o se va a la piscina. Como suelo ser una persona observadora, rápidamente recibí el mensaje de que mi canto no es grato a los oídos del prójimo. Asimismo ocurre con todas las artes. Ahora bien: no basta nacer con talento. Hay que cultivarlo, desarrollarlo. Y hace falta vocación, deseo de llevar a cabo una carrera.

En el 2004 fundé el programa de maestría en Creación Literaria en la Universidad del Sagrado Corazón. En mi experiencia, las personas que solicitan ingreso ya saben que tienen cierto talento. Es decir, no se trata de un Luis López Nieves solicitando ingreso a una escuela de canto. Muchos de los solicitantes ganaron medallas o reconocimientos cuando eran estudiantes. O la gente les dice: “Oye, escribes muy bien. Deberías ser escritor”. Y, cómo te digo, en este caso hay varias opciones. O no haces caso y sigues con tu vida como si no tuvieras ese talento, o decides explorar si ese talento es real y puedes desarrollarlo a un nivel profesional. Antes, este segundo camino se hacía básicamente solo, o yendo humildemente adonde escritores de más edad y experiencia, con un manuscrito bajo el brazo, a rogarle que te leyera y que tal vez se convirtiera en tu mentor. Con el programa graduado de Creación Literaria, que dirijo, pues ya no hace falta dar tumbos. Lo que se aprendía solo, un poco desorientado, en diez o quince años, ahora se puede aprender en dos años en la maestría. Por eso ha sido tan exitosa.

7. ¿Poesía o narrativa? ¿sobreviven?

Esta pregunta me obliga a colocarme el sombrero de profeta. No me gusta ser profeta porque normalmente mueren apedreados o crucificados. Pero intentaré una respuesta. La poesía siempre sobrevivirá. Siempre. Lo que confunde a algunas personas es que la poesía cambia de forma. En sus orígenes era puramente oral, no se vendía en libros. Luego vinieron los rapsodas griegos, los juglares, etc. La poesía evoluciona. Y llegó, digamos, al modelo de  la poesía que conocíamos hasta el siglo XX. Pero ya en el siglo XX, y sin dudas en el XXI, la poesía ha ido evolucionando hacia nuevos recipientes. Y todavía está en pleno proceso evolutivo. Hay quien dice, por ejemplo, que la poesía no se lee. Mienten o no están documentados. Se refieren tal vez a la venta de libros de poesía, que sin dudas se venden poco, pero esto tiene una explicación sencilla: la poesía casi nunca hay que comprarla en libros porque se consigue con demasiada facilidad en Internet. Es muy fácil transportar o leer un poema por Internet. Mucho más fácil que una novela, que a muchas personas no les gusta leer en un teléfono o monitor. A la gente le es más cómodo leer una novela en papel o Kindle, que simula el papel. Pero el poema es otra historia. Y hablo con datos concretos porque en Ciudad Seva hay sobre 4000 poemas y recibimos hasta 100 000 visitantes diarios. Y estas personas vienen a leer cuentos y poemas. No vienen a tomar el sol. La sección de poemas es la segunda más leída de Ciudad Seva, luego de la sección de cuentos. Así que nadie me puede decir que la poesía no se lee.

El panorama de la narrativa es diferente. La narrativa se vende en las librerías y en Internet, y se vende mucho. He vendido, por ejemplo, una gran cantidad de ejemplares de mis libros, que son todos de narrativa. A la gente todavía le gusta leer novelas y cuentos; y compran estos libros. Pero es claro que, cada vez más, muchas personas prefieren la opción audiovisual. Es decir, en vez de leer una novela, prefieren ver la película. Desde el punto de vista del escritor, no veo problemas con eso. Yo prefiero leer, es claro, y muchos millones de lectores en el mundo prefieren acostarse con un libro. Pero, para el que prefiera el cine, pues de todos modos los directores de películas tendrán que sacar sus historias de algún sitio. Las novelas y los cuentos tienen valor artístico por sí mismos, y lo seguirán teniendo, pero es evidente que también somos la mina de donde los cineastas pueden extraer oro.

8. Bitácora para un escritor: tus planes, nuevos escritos, próximos libros.

Ya terminé mi novela nueva, que se titula “Toda la sangre del mundo”. No es una novela epistolar. Cuenta una historia de amor que dura dos mil años. Nadie es vampiro. Nadie es inmortal. Nadie tiene poderes sobrenaturales. Pero el amor dura dos mil años. Y, aunque es una novela de amor y tiene unas 400 páginas, en ningún momento se usa la palabra “amor”. ¿Por qué? Bueno, porque así es el amor verdadero. Le puedes decir a una mujer mil veces que la amas, pero luego la tratas como a una esclava. Eso no es amor. En cambio, cuando tratas a una mujer con el amor y la consideración y el respeto que se merece, ella sabe que la amas, aunque no se lo digas.

Antes de comenzar mi próxima novela, quiero terminar un par de libros de cuentos que tengo pendientes porque ya he escrito algunos de los cuentos. Uno se llama “Últimas palabras” y narra las escenas finales de grandes figuras de la historia, como Isabel la Católica, el Che Guevara, san Pedro, etc. El otro se llama “Reescritura”. He seleccionado una serie de cuentos clásicos que realmente me fascinan, que me han marcado, pero que con el tiempo han envejecido. Mi proyecto consiste en escribir versiones actuales de los mismos cuentos, algo que vemos con bastante frecuencia en el cine, cuando hacen nuevas versiones de viejas películas.

9. Panorama de nuestra Literatura Nacional (trascendencia y actualidad).

Nuestra literatura está pasando por el mejor momento de su historia gracias a la maestría en Creación Literaria. Nunca se habían publicado tantas novelas y libros de cuentos como ahora. A pesar de que llevamos poco tiempo, de la maestría ya han surgido figuras importantes que están dejando su sello sobre nuestras letras. Han ganado premios importantes, tanto en Puerto Rico como en el extranjero. Han publicado con editoriales internacionales. Etcétera.

Son tantos los autores que se han destacado hasta ahora, que no podría mencionarlos a todos. Tampoco me gusta mencionar a dos o tres, porque se me quedarían sin mencionar nombres importantes. Pero puedo darte como ejemplo a los egresados de la maestría que actualmente forman parte del Equipo de Ciudad Seva. El primero en llegar a Ciudad Seva, cuando apenas comenzaba sus estudios, es José Borges. Unos diez años después, ha ganado varios premios nacionales y recibido importantes reconocimientos, entre ellos el del PEN Internacional. Además, es uno de los dos críticos literarios de “El Nuevo Día”, el periódico de más divulgación en Puerto Rico. Emilio del Carril se ha convertido en un importante escritor y teórico del minicuento, tema sobre el que ha dado conferencias en varios países de América Latina. Yolanda López López y María Zamparelli han sido premiadas por el PEN Internacional, además de otros reconocimientos. Luis Alejandro Polanco ha recibido varios premios en Puerto Rico y en el extranjero. Y Sandra Santana Segarra es actualmente la presidenta del PEN Internacional en Puerto Rico.

Estos autores, aunque se graduaron hace relativamente poco de la maestría, ya tienen un lugar seguro en la literatura. Y es solo el principio. El programa graduado de Creación Literaria y la Universidad del Sagrado Corazón se han convertido en el hogar de la nueva literatura puertorriqueña.

FIN


“Luis López Nieves o de la inolvidable escritura”, Mario Antonio Rosa, El Post Antillano, Puerto Rico, 30 mayo 2017, elpostantillano.net.


Volver a Bibliografía crítica sobre la obra de Luis López Nieves