Novela de Edwin Maza, “La cruz y la orquídea negra”
REDACCIÓN CULTURAL – @ElUniversalCtg – Cartagena –19 de Febrero de 2018
Una novela que recrea una franja de la historia de Colombia de finales de la década de los ochenta en el Siglo XX.
Una narración que navega entre los límites de la ficción y la realidad histórica, episodios de la historia colombiana que sobrepasó a la misma ficción por la desmesura de los acontecimientos vividos, la guerra generada por la impiedad de los carteles de la droga, los conflictos armados y la esperanza de la sociedad civil, el Estado en jaque mate por las decisiones de un capo de la droga, por un lado, y la mirada carismática de un sacerdote que pendula entre la conciliación, el perdón y la reconciliación. Cada personaje encarna la metáfora de la batalla entre el bien y el mal, y los límites en la que la propia condición humana llega a sus paradojas inesperadas y a las contradicciones espirituales.
Su autor es el médico, escritor y pintor cartagenero Edwin Maza, quien descubre la metáfora de esta historia en solo dos palabras: Cruz y Orquídea negra. ¿Qué tanto mal hay en cada ser humano?-se pregunta al presentar su novela en Cartagena. ¿Qué tanto bien puede haber en los seres estigmatizados como malos y perversos? ¿Cómo encara cada ser humano el leve y delgado camino entre el bien y el mal? Él mismo se responde que su novela “no es una obra estrictamente biográfica, histórica, política o religiosa. Se trata de una de ficción histórica, un ensamble de sucesos reales y ficticios recreados y, entrelazados al arbitrio del autor. Una aleación surreal de sueño y vigilia”. Ficción para comprender la historia e historia verífica para comprender a las ficciones. El autor juega con los tiempos históricos y entrecruza episodios de la década del cuarenta con el magnicidio de Gaitán, la aparición del cura guerrillero Camilo Torres, el exterminio de los miembros de la Unión Patriótica, hasta recrear escenas de finales del siglo pasado y principios de éste, “época de terror y muerte enmarcada por la narcoviolencia que le tocó vivir al país por los desmanes de los llamados “varones de las drogas”, aunados a la guerrilla, la delincuencia común, acontecimientos políticos y los grupos paramilitares, amén de la falta de una verdadera autoridad política para frenar la toma del territorio nacional por las manos de estos narcotraficantes terroristas, son el marco de referencia utilizados por el autor para urdir una trama que, mezclados con la fantasía, parezcan ser reales, creíbles. La obra está llena de anacronismos, ilógicas fechas, a veces incongruentes, de diálogos que jamás se dieron, entre personajes inexistentes, cuyos nombres fueron puestos al gusto del autor; por tanto, cualquier parecido con la realidad son circunstancias coincidentes”.
El autor trabajó su idea durante muchos años, y estuvo a punto de naufragar en su empeño, pero contó con el apoyo iluminado de su esposa Luz Marina Marulanda Nazzar, quien estuvo al al pie de la escritura del libro. Ha sido no solo cómplice de la iniciativa, sino lectora y crítica. El autor ha expresado que Pablo Escobar y el padre García Herreros, son parte de la trama novelesca de la realidad que él incorpora en la ficción de su novela.
La trama de la novela
Así comienza su ópera prima: “El fastidioso zumbido de abeja de la alarma del despertador sonó a las cuatro y treinta de la mañana, como siempre. Rafael Luis Gonzaga García Herrero rápidamente la desconectó para no despertar a su compañero de cuarto. Era un automático ritual. Cuan largo era, estiró los brazos y las piernas para desperezarse, seguido de un prolongado y afónico bostezo. Se frotó los testículos y el pene por encima del interior. Todavía mantenía la última erección nocturna involuntaria”. El libro fluye entre descripciones, narraciones, diálogos, noticias, retratos, frases que nos devuelven al pasado de la Colombia de los últimos cuarenta años.
“Desde el inicio de la lectura de esta primera novela literaria de Edwin Maza — médico, pintor y escritor queda uno gratamente sorprendido por la maestría con que elabora y aplica en su escrito las técnicas, habilidades y recursos del lenguaje narrativo, a pesar de ser su «opera prima», apunta José Díaz-Díaz en el prólogo.
Seguramente que el trabajo investigativo, de análisis y síntesis que utilizó para optimizar sus dos anteriores publicaciones de carácter científico y académico en sus libros: Facultad de medicina de la Universidad de Cartagena Su historia (1989) y La Otorrinolaringología en Cartagena (1990), le han aportado una experiencia valiosa para consolidar un texto de género distinto. De modo que al terminar esta kafkiana «inmersión ficcional» en La cruz y la orquídea negra, uno llega a la conclusión— concordando con el escritor puertorriqueño Luis López Nieves— que el género novelesco es el recurso natural más genuino para contar retazos la Historia de un país.
Y es que la novela histórica, tanto la que pretende objetividad y fidelidad a hechos acaecidos, como la que expresamente ficciona, interpreta y trastoca hechos, actores y escenarios gracias a la «licencia poética» de la literatura, ha sido la columna vertebral para la aprehensión de la realidad social de los diversos pueblos, lo que equivale a decir: es su reflejo, su espejo que le permite re-conocerse y comprender su pasado, no para flagelarse si es que estuvo plagada de insensateces y maldad, sino para no volver a caer en ella y repetirla”.
El escritor
La vida del escritor cartagenero Edwin Maza es polifacética. Además de escritor y médico de la Universidad de Cartagena, se dedica a pintar y desarrollar su vieja vocación por las artes. Cuando era estudiante de medicina fundó el periódico estudiantil El Bisturí. En 2008 se graduó como Maestro en Artes Plásticas en la Escuela Superior de Bellas Artes de Cartagena. Es un lector voraz, confiesa su esposa Luz Marina. En su obra pictórica priman los contrastes cromáticos, los trazos geométricos, las abstracciones y figuraciones, las mezclas, las técnicas mixtas. Al cuminar su obra narrativa, imaginó las dos vidas paralelas del capo de las drogas y la del sacerdote, cada uno, buscando su propio destino, en la incertidumbre entre el perdón y la culpa, la luz y la sombra, la vida y la muerte. Alguien le preguntó en el auditorio si alguna vez había visto una orquídea negra. El autor confesó que no. Y se sorprendió al saber que la singular orquídea negra, con su color granate tan oscuro en sus pétalos, tiene en el centro de la flor, un intenso color amarillo y púrpura que parece emerger de la oscuridad. Como el espíritu de los personajes de su novela.
FIN
“Novela de Edwin Maza, ‘La cruz y la orquídea negra'”, El Universal, Colombia, 19 febrero 2018, eluniversal.com.co