Algo que dijeron al lado mío dirigió mi atención a la entrada del café. Y vi el hermoso cuerpo que parecía como si el Amor lo hubiese forjado con su más consumada experiencia – plasmando sus armoniosas formas con alegría, elevando esculturalmente la estatura; plasmando con emoción el rostro y dejando a través del tacto de sus manos un sentimiento en la frente, en los ojos, y en los labios.