En el decreto real que editó Alexios Komninos,
especialmente para honrar a su madre,
la muy sabia Anna Dalassini
(conocida además por su labor y sus modales
y que mucho se ha dicho en su honor);
ofreció una sola frase que es sublime y bella:
“Nunca pronunció esas frías palabras ‘mío’ o ‘tuyo’.”