Adonde quiera que la planta pongas
la tierra se abrirá,
y las chispas del antro inextinguible
tus pies abrasarán.
En donde poses la nublada frente
de víboras el nido encontrarás,
que a tu cuello, tus manos y tu pecho
se enroscarán.
Si en los bosques te ocultas perseguido,
un rayo la arboleda incendiará
y las llamas, buscándote enemigas,
tus ojos cegarán.
La hembra que te sigue, abandonándote,
a la traición te herirá.
y los míseros hijos que tuvisteis
tu sangre beberán.
El fallo va a cumplirse inexorable,
la maldición perpetua de Jehová…
Polvo del polvo tórnese tu cuerpo;
entre tu alma en la negra eternidad.
Cúmplase la sentencia inexorable,
devora el fuego hermano de Satán…
Cúmplese la sentencia cada día;
los malos mueren ¡y persiste el mal!
Blanco y Negro, 1921
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