Dulces sueños, formad una pantalla Sobre la linda cabeza de mi niño; dulces sueños de agradables corrientes bajo rayos de luna felices y silenciosos.
Dulce sueño, que tus cejas tejan con suave felpa una corona infantil; dulce sueño, Ángel terso, fluctúa sobre mi niño dichoso. Dulces sonrisas, durante la noche meceos sobre mi encanto; dulces sonrisas, sonrisas de Madre, cautivad la noche interminable. Dulces lamentos, suspiros de paloma, no alejéis el letargo de tus ojos, dulces lamentos, sonrisas aún más dulces, cautivad todos los lamentos de paloma. Duerme, duerme, niño afortunado, que toda la creación duerme y sonríe; duerme, duerme felices sueños, mientras tu madre llora sobre ti.
Dulce bebé, en tu rostro puedo discernir la santa imagen; dulce bebé, otrora como tú yacía tu hacedor y lloraba por mí.
Lloró por mí, por ti, por todos cuando era apenas un pequeñito. Su imagen siempre verás, rostro celestial que sobre ti sonríe, A ti, a mí, a todos les sonríe; quien se volvió un pequeñito. Las sonrisas infantiles son sus mismas sonrisas; y cautivan con paz el cielo y la tierra.
|