“La vida es de los felices”
amanece en todos los pregones callejeros-
rueda la mañana sobre el asfalto de la tierra ululante y caliente
al extremo de la ciudad,
los árboles saludan al obrero, con sus ramas estremecidas
por la alegría del viento vagabundo, el gran libertario.
Como un dolor sigue la sombra la silueta del hombre
que desemboca en la ancha puerta de la fábrica
allí -el humo acaecido en las máquinas, el gemido de las poleas
bajo la presión del pensamiento humano,
balcones a la eternidad,
los ojos siguen la labor constructora
y toda fábrica es una sola maquinaria de empuje formidable
como un titánico organismo
que mueve el “motor maravilloso”
de los cerebros de cien hombres unidos
el hermoso espectáculo del cerebro
y el músculo en acción!
El sudor les decora la cara
como otra sonrisa que se tuesta en los labios apretados
de anhelo,
la fábrica lo es todo:
la ESPERANZA y la CÁRCEL
Todos los días son MAÑANA
para el obrero que los lleva apretados
al corazón como la imagen de la madre
LIBERTAD!
estandarte del Hombre!
el Sol espera la salida de la fábrica
desde el horizonte sus anchos brazos de luz
saludan el dolor del obrero vencedor de la Vida.