No puede ser
que el germen que ha nutrido la tierra
lo haya atendido el hombre. Una vez vi una cascada
de germen, una abundante lluvia de grano
que escupían vertedores de boca ancha
y saciedad satisfecha; juro que los granos
cantaban.
No puede ser
que la política, las deliberaciones
tornen las brasas de mi vida
en cenizas, y en mares contaminados
descansen tristes lechos de levadura que esponjan
la pasta
del mercado mundial.