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Confesión particular

[Minicuento - Texto completo.]

Anónimo: Occidente

Un joven novicio enfermó gravemente. No había podido hacer su confesión general ante el abad, pues este se hallaba ausente. Como se le acercó la muerte y el abad no regresaba, le confesó sus pecados al prior.

Esa misma noche, el abad dormía en una posada. Ante su cama, se le apareció el espíritu del difunto, implorándole escuchar su confesión.

—Gustoso te escucharía —le contestó el abad.

Entonces, el joven confesó todos sus pecados. Su arrepentimiento era tan grande que hasta sus lágrimas parecían caer en el pecho del abad. Finalizada la confesión, dijo:

—Me alejo con tu bendición, padre. Solo ahora puedo salvarme.

Con estas palabras, el abad se despertó y quiso comprobar si la aparición había sido real o un engaño de la imaginación. Palpó el hábito en el pecho, hallándolo completamente humedecido.
Al narrarle su sueño al prior en el convento, este le contestó:

—La aparición ha sido real, pues a mí me hizo la confesión en el mismo modo y orden que te la hizo a ti.

FIN


Recopilado por Caesarius (siglo XIII)


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