Cuando la angustia extiende su color
dentro del alma oscura
como una pincelada de venganza,
siento el antiguo brote del hambre
hacerse tímido y gris
y la luz del porvenir que muere.
Y contra mí las cosas inanimadas
que al principio creé
vienen a morir de nuevo en el seno
de mi inteligencia
ávidas de mi asilo y de mis frutos,
pidiéndole riqueza a un mendigo.