Jornada I, el REY
Viendo estoy mis imperios dilatados,
mi majestad mi gloria, mi grandeza,
en cuya variedad naturaleza
perfeccionó de espacios sus cuidados.
Alcázares poseo levantados,
mi vasalla ha nacido la belleza.
La humildad de unos, de otros la riqueza,
triunfo son al arbitrio de los hados.
Para regir tan desigual, tan fuerte
monstruo de muchos cuellos, me concedan
los cielos atenciones más felices.
Ciencia me den con que a regir acierte,
que es imposible que domarse puedan
con un yugo no más tantas cervices.
HERMOSURA
Viendo estoy mi beldad hermosa y pura;
ni al rey envidio, ni sus triunfos quiero,
pues más imperio ilustre considero
que es el que mi belleza me asegura.
Porque si el rey avasallar procura
las vidas, yo, las almas, luego infiero
con causa que mi imperio es el primero,
pues que reina en las almas la hermosura.
Pequeño mundo la filosofía
llamó la hombre; sin en él mi imperio fundo,
como el cielo lo tiene, como el suelo,
bien puede presumir la deidad mía
que al que al hombre llamó pequeño mundo,
llamará a la mujer pequeño cielo.
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