Desde Creta ven, Afrodita, aquí a este sacro templo, que un bello bosque de manzanos hay, y el incienso humea ya en los altares; suena fresca el agua por los manzanos y las rosas dan al lugar su sombra, y un profundo sueño de aquellas hojas trémulas baja; pasto de caballos, el prado allí lleno está de flores de primavera y las brisas soplan oliendo a miel… Ven, Chipriota, aquí y, tras tomar guirnaldas, en doradas copas alegremente mezclarás el néctar para escanciarlo con la alegría