Va regularmente a la taberna donde se habían conocido el mes anterior. Preguntó; pero nada supieron decirle. Por sus palabras, comprendió que se había conocido con un sujeto totalmente desconocido; uno de los muchos desconocidos y sospechosos tipos jóvenes que por allí pasaban. Va sin embargo a la taberna regularmente, en la noche, y se sienta y mira a la entrada; mira a la entrada hasta la fatiga. Quizás entre. Esta noche quizás venga. Cerca de tres semanas que lo hace así. Se enfermó su ánimo de lascivia. En su boca los besos permanecieron. Todo su cuerpo sufre por el deseo continuo. En contacto de aquel cuerpo sobre él está. Quiere la unión con él de nuevo. Se entiende que se esfuerza por no traicionarse. Pero en cierto modo casi le es indiferente.- Por otra parte, sabe a qué se expone, se ha decidido. No es inverosímil que ésta su vida a un escándalo desastroso lo lleve.