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El juez

[Minicuento - Texto completo.]

Anónimo: Mundo árabe

El engreído juez, preocupado porque los habitantes de la ciudad no le mostraban respeto, mandó construir una plataforma elevada, desde la que pudiera escuchar las declaraciones y dictar sentencia. Cuando la estructura estuvo terminada, invitó a Nasrudín a que fuera a echar un vistazo.

—¡Todopoderoso Alá! —salmodió el mulá, tirándose al suelo en la base de la tribuna—, ¡ha llegado tu humilde servidor!

—¿Estás loco? —farfulló el juez—, yo no soy Dios.

—Perdóname, gran profeta —se lamentó Nasrudín.

—Tampoco soy un profeta —vociferó el juez.

—Entonces, seguramente debes ser un ángel —replicó Nasrudín.

Perdiendo la paciencia, el juez llamó a sus guardias.

—¡Llévense a este hombre y enciérrenlo hasta que recupere el juicio!

—Ah —dijo Nasrudín—, con un trono tan alto no pude distinguirte al principio. Pero, viendo tu comportamiento, adivino que eres solo el juez de la ciudad.

FIN



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