El mar recién nacido
ensalzó al sol.
Adán el descubridor,
el justo,
cantó sobre el origen.
¡Oh, las alas de los niños!
¡El vuelo hacia la herida del antiguo
joven desde los cañones del olvido!
¡La cabalgada por el cielo de los siempre muertos
en combate! ¡El suceso
de los santos en su visión!
¡El mundo revuelto de la casa!
Y toda la pena
fluye a mares.
Y muero.