Esta pieza, qué bien la conozco. Ahora se arrienda y también la del lado para oficinas comerciales. Toda la casa se transformó en oficinas de corredores, y de comerciantes, y de Compañías. Ah esta pieza, cuán conocida me es. Cerca de la puerta aquí estaba el canapé, y delante de él una alfombra turca; cerca el estante con dos floreros amari1los. A la derecha, no, al frente, un armario con espejo. En el centro, la mesa donde escribía; y los tres grandes sillones de mimbre. Junto a la ventana estaba la cama donde nos amamos tantas veces. En algún lugar deben estar esas pobres cosas. Junto a la ventana estaba la cama. El sol de la tarde le llegaba a la mitad. …Una tarde, las cuatro, nos habíamos separado por una semana solamente… Ay de mí, esa semana se volvió siempre.