En lo quebrado un ámbito comienza
nueva modalidad se imprime al mundo.
El dolor ya tan diáfano destrenza
venas que vibran; vástago rotundo
cristaliza en lo cárdeno, condensa
lo que quemó. Sin dejo gemebundo
gotean aguas gárrulas. Se inciensa
en humareda prístina e intensa
fuego fluvial fosfórico, que fundo.
Persona, pulpa pálida propensa
a predicar vitalidad. Profundo
pulso de perfilar deja indefensa
la tez que trama tréboles y trenza
trinos. Salobre ceguedad suspensa
donde lo humano es hálito fecundo
fraguando fuentes. Al plasmar se piensa
que lo fundado deja sin defensa
pues con soma solícito secundo
toda explosión errática y extensa
y una hilación intrépida le infundo.
Rostro rasgado por la extraña ofensa
de dibujar dinteles que difundo
permite al corazón que lo convenza:
el llanto no es total si es errabundo.
Ya destinado a diluviar, dispensa
un destello jerárquico y jocundo
de arroyos. Algo aislado se avergüenza
desconcertada dulcedumbre densa,
una rareza interna donde me hundo,
la intimidad patética e inmensa
y un beso como un día meditabundo.
Mas la rosa no tiene recompensa.
Rosa con nadie, soledad circundo.