De estatura mediana, Con una voz ni delgada ni gruesa Hijo mayor de un profesor primario Y de una modista de trastienda; Flaco de nacimiento Aunque devoto de la buena mesa; De mejillas escuálidas Y de más bien abundantes orejas; Con un rostro cuadrado En que los ojos se abren apenas Y una nariz de boxeador mulato Baja a la boca del ídolo azteca -Todo esto bañado Por una luz entre irónica y pérfida- Ni muy listo detonto de remate Fui lo que fui: una mezcla De vinagre y aceite de comer ¡Un embutido de ángel y bestia!