Era el Amor más alocado que hondo;
su débil flecha el corazón rozando,
ligera fue como un gran embuste.
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Ofrecía el placer sin hablar de ventura.
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En tus ojos fue donde vi que había otro amor.
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Ese olvido completo de sí mismo,
ese afán del amor por sólo amar,
y que el vocablo “amar” nunca puede expresarse,
está en tu corazón y el mío lo adivina.
Siento en tus arrebatos y en mi fidelidad
que a la vez significa dicha y eternidad
y todo el poderío de la fuerza divina…
