Era un edificio levantado
para que nadie lo habitara
una carretera cerrada al tráfico
miraba
y en vez de miradas se le escurrían
dos mariposas negras
el horno de la lengua
jamás doró el pan de una palabra
sino la masa cruda del jadeo
¿qué barro mal cocido lo dejó a la orilla
de la bestia y la luz?
¿quién desenchufó el mecanismo de su estrella
y fue la pura noche perforada de túneles?
nadie lo vio llorar, acaso fue su única cordura
el loco, ahí viene el loco
y corrían los niños asustados
y la madre del loco acariciándolo:
no lo llamen loco
solo se ha jubilado de hombre.