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Este era un azul zapatito…

[Poema - Texto completo.]

Luis Lloréns Torres

Este era un azul zapatito,
que hallé una noche, en la escalera
de un palacio todo encantado,
allá en un país de quimera.

Ay, cuántas veces, ensoñando,
cuántas veces me interrogué:
¿de quién será este zapatito,
de qué rosado y lindo pie?…

En un alcázar granadino,
de árabe torre y ajimez,
las odaliscas parecían
ungidas para Mahomet.
Vi sus sandalias de brocados
de Bagdad y de Mequinez.
Y alcé mis ansias al profeta;
por Alah, dime, Mahomet,
¿de quién será este zapatito,
de qué rosado y lindo pie?…
Y era tan lindo y tan pequeño,
que el profeta dijo: ¡No sé!…

En una villa de Venecia,
los graves mármoles pisé.
A las duquesas venecianas
las áureas botas les besé.
Pasa la pompa del gran duque.
Y así al gran duque salude:
¿de quién será este zapatito,
de qué rosado y lindo pie?…
Y era tan lindo y tan pequeño,
que el gran duque dijo: no sé.

Paris, Champaña. Bulevares.
Sonoridades de café.
Blancas sonrisas cortesanas.
Ondulaciones de minué.
Y en los dorados escenarios
que fascinaron a Rubén,
revoloteando como aves
los escarpines de satén.
Por Paul Verlaine, adivinadme,
sabio Rubén, mago Rubén,
¿de quién será este zapatito,
de qué rosado y lindo pie?…
Y era tan lindo y tan pequeño,
que Rubén me dijo: ¡no sé!…

La Babilonia neoyorquina.
¡Oh, qué lujoso cabaret!
Seguían mis ojos las pisadas
de un galopante baile inglés,
con que domaban los violines
el rubio coro de las girls.
Tras sorbos de aromado whisky,
con Pierpont Morgan platiqué:
¿de quién será este zapatito,
de qué rosado y lindo pie?
Y era tan lindo y tan pequeño,
que Morgan dijo: no sé.

Una tarde, de nubes horras,
en mi montaña me interné.
Tras un maizal, llegué a un bohío,
frente a la puerta me paré,
y a una criolla borinqueña,
pálida flor, le pregunte:
¿de quién será este zapatito,
de qué rosado y lindo pie?…
Ella encendiose, en la amapola
de su inocente sencillez.
Y cuando, herida por mis ojos,
batió sus faldas al correr,
vi un zapatito igual al mio…
Y vi desnudo el otro pie.



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