Cuida que el grabado se haga artísticamente. Expresión grave y majestuosa. La diadema mejor más bien estrecha; aquellas anchas de los Partos no me gustan. La inscripción, como de costumbre, en griego: no exagerada, no pomposa -que no lo malinterprete el cónsul que siempre rebusca para denunciar a Roma- que sea empero ciertamente honrosa. Algo muy escogido en la otra cara: algún hermoso discóbolo adolescente. Sobre todo te recomiendo preocuparte Sithaspe, por Dios, no olvidarse después de Rey y Salvador, que se grabe con letras elegantes, Filoheleno. Y ahora no me vengas con agudezas, que “¿Dónde están los helenos?” y “¿Dónde la lengua griega aquí detrás del Zagro, más acá del Fraata?” Puesto que tantos y tantos más bárbaros que nosotros lo escriben, lo escribiremos también nosotros. Y por último no te olvides que a veces nos llegan sofistas desde Siria, y versificadores, y otros que se ocupan de necedades. De modo que no tenemos tan poca cultura helénica, creo yo,