Habla girando hacia mí una mejilla
Marcada por el sol, su boca, una caverna
Oscura donde brillan estalactitas de
Dientes desiguales, su mano
Derecha sobre mi rodilla, mientras nuestras mentes
Son empujadas a correr hacia el amor.
Pero tan sólo se pasean, trastabillando
Ociosamente sobre charcos de
Deseo… ¿puede este hombre de
Ágiles dedos desatar
Algo más vivo que el
Hambre ociosa de una piel? ¿Quién puede
Ayudarnos que haya vivido largo tiempo
Y haya fracasado en el amor? El corazón,
Un depósito vacío esperando
Largas horas, se llena a sí mismo
Con enroscadas serpientes de silencio…
Soy rara. Únicamente
Para guardar las apariencias hago ostentación,
A veces, de un deseo exuberante.