¿Has sido hermosa?
Ni siquiera lo sé.
Tenías miedo de mi
abrazabas con timidez,
con humildad
pero tú fuiste hermosa
desconsoladamente inatractiva
tratando de sonreír en tu dolor.
Fuiste hermosa
porque no sabias cómo acariciar.
¿Has sido hermosa?
Ni siquiera lo sé.
La fiebre de tu ternura te lanzó
al calor o al frío.
No puedo ni imaginar que pudieras ser diabólica.
Tu fuiste hermosa
porque te entregaste al amor.
¿Has sido hermosa?
Ni siquiera lo sé.
Tu piel susurraba
al igual que tu infantil cabellera color del oro.
Incluso todavía soy una herida abierta
por donde una vez voló tu cuerpo luminoso.
¿Has sido hermosa?
Ni siquiera lo sé.
Pero te recuerdo, embrujado,
exactamente igual cuando te vi por primera vez.
Inmortalmente yo seré tu espejo
sepultada en una helada profundidad
donde allí te congelé con ternura, con amor,
para que siempre seas
eternamente joven.