La ostra y los litigantes
[Minicuento - Texto completo.]
Jean de La FontaineUn día dos peregrinos en la arena de la playa encontraron una ostra que acababan de traer las olas; devorábanla con los ojos, señaláronla con el dedo; pero al tratar con los dientes, tuvieron que disputársela. Bajábase ya el uno para cogerla, cuando el otro le dio un empujón diciendo:
-Vamos a ver a quién le corresponde. El primero que la haya visto, ese la engullirá; el otro, lo mirará.
-Si eso vale -contestó el camarada-, yo tengo muy buena vista, gracias a Dios.
-No es mala tampoco la mía -replicó el primero-, y te digo que he divisado la ostra antes que tú.
-Pues bien: si la viste, yo la olí.
Estaban es estos dimes y diretes cuando llego don Picapleitos y lo tomaron por juez. Don picapleitos abrió gravemente la ostra y se la tragó frente a los litigantes. Y después de haberla saboreado, dijo en tono de presidente de sala:
-Tomen: el tribunal les adjudica a cada uno de ustedes una de las conchas; marchen en paz.
Consideren lo que cuestan hoy los litigios; calculen lo que les queda en limpio a las partes; verán cómo don Picapleitos se queda con todo el grano y no deja a los litigantes más que la paja.
FIN