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La Tortuga y los dos Patos

[Minicuento - Texto completo.]

Jean de La Fontaine

Era una Tortuga, ligera de cascos, que cansada de su escondrijo quiso ver mundo. Correr tierras extrañas halaga mucho, y los más cojos suelen ser los que menos gustan de su casa.

Dos Patos, a quienes la comadre comunicó sus propósitos, le dijeron que ellos podrían cumplirlos.

—¿Ves cuán despejado es el camino de los aires? Por él te llevaremos a las Américas; verás muchos pueblos, muchos reinos y repúblicas, y estudiarás con provecho sus diferentes costumbres. Lo mismo hizo Ulises. (¿Quién pensara ver mezclado a Ulises en este asunto?)

Hecho el trato, los Patos construyeron un aparato para conducir a la viajera. Pusiéronle en la boca un palo de través.

—Muerde bien –le dijeron–, y no sueltes bocado.

Después, cada volátil cogió el bastón por un extremo.

Hendió los aires la Tortuga, y asombrábanse todos al ver volar de aquella manera al pesado animal y su domicilio.

—¡Milagro! –gritaban–; vengan a ver pasar por los aires a la reina de las tortugas.

—La reina, sí, señores; soy la reina en efecto, no lo tomen a burlas.

¡Cuánto mejor hubiera hecho en pasar el camino sin decir palabra! porque, soltando el bastón al abrir la boca, cayó y se hizo tortilla en presencia de los que la contemplaban. Causole la muerte su indiscreción.

Imprudencia, charla, tonta vanidad y vana curiosidad, son primas hermanas: todas proceden del mismo tronco.

FIN



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