Las horas que gentiles compusieron
Tal visión para encanto de los ojos,
Sus tiranos serán cuando destruyan
Una belleza de suprema gracia:
Porque el tiempo incansable, en torvo invierno,
Muda al verano que en su seno arruina;
La savia hiela y el follaje esparce
Y a la hermosura agosta entre la nieve.
Si no quedara la estival esencia,
En muros de cristal cautivo líquido,
La belleza y su fruto morirían
Sin dejar ni el recuerdo de su forma.
Mas la flor destilada, hasta en invierno,
Su ornato pierde y en perfume vive.