A orillas de las aguas recogidas en la luz regular del suelo unidas como si juntas siempre caminaran, solas, parecería que se amaran, en la sal de la espuma con estrellas, sobre la arena bajo el sol las huellas de nuestros pies desnudos tan lejanos, y mudos. Dejando una promesa dibujada nuestra voz entretanto ensimismada se divide en el aire y atraviesa la azul crueldad de la naturaleza mientras solos cruzamos la playa y nos hablamos.