Letanías de la tierra muerta
[Poema - Texto completo.]
Alfonsina Storni
Llegará un día en que la raza humana Y el viejo sol en el espacio sea Llegará un día en que el enfriado mundo Una gran sombra rodeará la esfera La tierra muerta, como un ojo ciego, Pero en la sombra, a tientas, solitaria, Sola, con sus criaturas preferidas (Madre que marcha aún con el veneno Ni una ciudad de pie… Ruinas y escombros Desde allí arriba, negra la montaña Acaso el mar no será más que un duro Y así, angustiado en su dureza, a solas Y pasará los años en acecho Y allá, donde la tierra se le aduna, Y ya nada tendrá más que el deseo, En vano querrá el bloque mover bocas Oír sobre ellas el horrendo grito Ya nada quedará; de polo a polo Voluptuosas moradas de latinos Oscuras cuevas de los esquimales Y negros, y amarillos y cobrizos, Se mirarán entonces bajo tierra De las manos tomados, la redonda Y gemirán en coro de lamentos: La tierra era un jardín lleno de rosas Se recostaban sobre ríos unas, Entre ellas se tendían finos rieles, Y florecía el campo, y todo era Y en vez de comprender, puñal en mano Calumniábanse entre ellas las mujeres Íbamos todos contra el que era bueno Y ahora, blancos huesos, la redonda Y de la humana, nuestra llamarada, * * * Pero quién sabe si una estatua muda Y así, surcando por las sombras, sea El último refugio de la forma Y que, aplastada por su sutileza, Y alguna dulce, cariñosa estrella, ¿Quién es esa mujer que así se atreve, Y la amará por celestial instinto Y acaso un día, por piedad sin nombre La luz de un sol que viaje pasajero Y le insinúe: Oh fatigada esfera: Absórbeme un instante: soy el alma ¡Cómo se moverán bajo la tierra ¡Cómo pujando hacia la luz divina Mas será en vano que los muertos ojos ¡En vano! ¡En vano!… ¡Demasiado espesas Amontonados todos y vencidos, Y al llamado del astro pasajero, |