Liberen mi corazón
de esta absurda estación de amor
llena de secretos recuerdos.
Su belleza como una sandalia de oro
me ha herido la frente
en lo más alto de mis pensamientos.
Su belleza, única en el mundo posible,
y su joven corazón
arrojado en los setos de mis pobres cosas
me han regalado la esperanza de la flor.
Él mismo es una flor, madre,
una flor de juventud,
la flor del gozo y del dominio,
la flor de mi lenta estación.
Él mismo es terrón, madre,
pero los terrones quieren ser fecundados
y yo no tengo semillas.