|
Querido, dame palabras de confianza
para ti, mi hombre, el único que amé
en largos años de estúpido terror,
haz que mis manos salgan de la oscuridad,
amargo hechizo que no da frutos…
Son joyas, mira, mis manos,
son un lenguaje para el amor vivo,
pero una sombría cadena las ha cerrado bien,
bien atadas a un tronco. Amor mío,
he soñado contigo como se sueña
con la rosa y el viento,
eres purísimo, vivo, un equilibrio
astral, pero yo estoy en la noche
y no puedo acogerte. Yo quisiera
que gustaras los pastos que en don
he recibido de Dios, pero el miedo
me retiene enemiga; oso palabras,
solamente palabras, y si tú escuchas
confiado mi canto, verdaderamente
sé que te exaltarás con mis penas.
|
