Los bielleses, gente dura
[Minicuento - Texto completo.]
Anónimo: OccidenteUn campesino iba un día hacia Biella. El tiempo era tan malo que casi no se podía avanzar por las calles. Pero tenía un compromiso importante y seguía su rumbo con la cabeza gacha, contra la lluvia y la tempestad.
Encontró a un anciano que le dijo:
—¡Buenos días! ¿Adónde vas, buen hombre, con tanta prisa?
—A Biella —dijo el campesino sin detenerse.
—Podrías decir al menos: “si Dios quiere”.
El campesino se detuvo, encaró al anciano y le replicó:
—Si Dios quiere, voy a Biella; y si Dios no quiere, debo ir igual.
Ahora bien, ese anciano era el Señor.
—Entonces irás a Biella dentro de siete años —le dijo—. Mientras tanto, salta a ese pantano y quédate allí.
Y el campesino súbitamente se convirtió en rana, dio un brinco y se quedó en el pantano.
Pasaron siete años. El campesino salió del pantano, se transformó en hombre, se enfundó el sombrero en la cabeza, y reanudó su marcha.
A los pocos pasos, volvió a encontrarse con el anciano.
—¿Adónde vas, buen hombre?
—A Biella.
—Podrías decir: “si Dios quiere”.
—Si Dios quiere, bien; si no, ya sé cuál es el trato, y sé cómo ir solo a ese pantano.
Y no hubo modo de sacarle otra respuesta.
FIN