Los más bellos poemas
se escriben sobre las piedras
con las rodillas llagadas
y las mentes aguzadas por el misterio.
Los más bellos poemas se escriben
ante un altar vacío,
asediados por emisarios
de la divina locura.
Así, loco criminal cual eres,
das tus versos a la humanidad,
los versos de la revuelta
y de las bíblicas profecías
y te sientes hermano de Jonás.
Pero a la Tierra Prometida
donde germinan manzanas de oro
y el árbol del conocimiento
Dios nunca descendió ni tampoco te maldijo.
Mas tú sí maldices
hora tras hora tu canto
porque desciendes al limbo
donde aspiras el ajenjo
de una sobrevivencia negada.