Mañana voy, nazarena, A Córdoba la sultana; Mi amorosa cantilena Ya no sentirás mañana Al compás de mi cadena.
Cuando vuelvan los cristianos De los moros vencedores, Lee mis destinos tiranos, La historia de mis amores, En la sangre de sus manos.
Valiera más que, cautivo, En esa torre acabara La triste vida que vivo; Que la vida que hoy recibo Me la vendes ¡ay! bien cara.
¡Adiós! Tu esclavo mañana Ya no ha de cansarte enojos; Pero es esperanza vana: Cautivo quedo, cristiana, En la prisión de tus ojos.
¡Maldita, hermosa, mi estrella! ¿Qué ha de valerme la vida, Si no he de hallarte con ella Ni en Granada la florida Ni en mi Córdoba la bella?
De hoy me será el claro sol Una lámpara importuna; Hija del suelo español: Tú eres mi sol y mi luna….. La aurora y el arrebol.
Pues en ti pierdo el sol hoy, Sin tu sol no he de vivir; Sultana: a Córdoba voy, Que en las tinieblas que estoy, Presto, a fe, que he de morir.
Ha prometido Mahoma Un paraíso, una hurí ….. Tú habrás de ser ángel, sí, En esa región de aroma, Y hemos de amarnos allí.
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