Aquí que me detenga. Que también yo contemple un poco la naturaleza. Azul esplendoroso de un mar de la mañana y de un cielo sin nubes, y una ribera amarilla: todo hermosamente y con plenitud iluminado. Aquí que me detenga. Y que me engañe como que veo esto (lo vi en verdad un instante cuando recién me detuve); y no también aquí mis fantasías, mis recuerdos, las visiones de la voluptuosidad.