Me dices, buen amigo, que leíste mis poemas
y que has pensado publicar uno de ellos en tu libro.
Leer versos en tiempos como estos
es algo inesperado,
una vieja costumbre en vías de extinción,
y por eso te digo
que puedes publicar aunque sea unas líneas
y sigo agradeciendo tu gentil compañía,
que es decir tu lectura,
lo mismo si te has detenido en uno o dos poemas
o en mis obras completas.